Presentación

PRESENTACIÓN

Tránsitos Intrusos se propone compartir una mirada que tiene la pretensión de traspasar las barreras que las instituciones, las organizaciones, los poderes y las personas constituyen para conservar su estatuto de invisibilidad, así como los sistemas conceptuales convencionales que dificultan la comprensión de la diversidad, l a complejidad y las transformaciones propias de las sociedades actuales.
En un tiempo en el que predomina la desestructuración, en el que coexisten distintos mundos sociales nacientes y declinantes, así como varios procesos de estructuración de distinto signo, este blog se entiende como un ámbito de reflexión sobre las sociedades del presente y su intersección con mi propia vida personal.
Los tránsitos entre las distintas realidades tienen la pretensión de constituir miradas intrusas que permitan el acceso a las dimensiones ocultas e invisibilizadas, para ser expuestas en el nuevo espacio desterritorializado que representa internet, definido como el sexto continente superpuesto a los convencionales.

Juan Irigoyen es hijo de Pedro y María Josefa. Ha sido activista en el movimiento estudiantil y militante político en los años de la transición, sociólogo profesional en los años ochenta y profesor de Sociología en la Universidad de Granada desde 1990.Desde el verano de 2017 se encuentra liberado del trabajo automatizado y evaluado, viviendo la vida pausadamente. Es observador permanente de los efectos del nuevo poder sobre las vidas de las personas. También es evaluador acreditado del poder en sus distintas facetas. Para facilitar estas actividades junta letras en este blog.

lunes, 11 de abril de 2022

EL SÁHARA COMO ESPACIO VACÍO EN LA ERA DE LA GARLOPA

 

 

Soy uno de esos menguantes que hemos vivido el nacimiento del régimen del 78 desde su inicio hasta hoy. La democracia nació sobrecargada de sueños y esperanzas. La agenda de asuntos necesitados imperativamente de reformas radicales se encontraba sobrecargada. En aquél ambiente festivo, el filósofo José Luis Aranguren declaró que ese fantástico tiempo inicial era lo mejor, porque con posterioridad aparecerían los problemas. Entonces no fui capaz de comprender la significación de esa advertencia. Pero el paso del tiempo ha certificado la admonición del filósofo. Se puede entender la dinámica de este sistema político como la reflotación inexorable de los viejos fantasmas que configuraron el franquismo, que van compareciendo en la superficie dotados de la capacidad de bloquear el programa de las reformas. Hoy, 11 de abril de 2022, escribo estas líneas cuando los neofranquistas van a acceder al gobierno de Castilla León en vísperas de hacerlo en el mismo gobierno estatal.

La democracia española es una superestructura artificial, bajo la cual las viejas clases dirigentes reconquistan espacios y desactivan las primeras reformas inexorablemente. Me he desempeñado como profesor universitario durante 27 años, que me han conferido el privilegio de vivir en primera persona la neutralización de aquello que denominamos como “universidad democrática” en los años setenta.  Mi tesis doctoral versó sobre el complejo proceso de transformación de la institución ambulatorio en los prometedores centros de salud. En los últimos años he podido contemplar desde la primera línea la demolición del proyecto. La reversión de todas las instituciones del capitalismo del bienestar se confirma como la divisa de esta época. Ayer un 30% de los franceses apoyaba opciones de extrema derecha.

Las fuerzas neoreaccionarias que administran las reversiones lo hacen pausadamente, esperando su oportunidad, tejiendo parsimoniosamente las complicidades imprescindibles. La mayoría social evolucionista que sustentaba las reformas en los primeros años ha sido reemplazada por una nueva mayoría que se identifica con el bienestar expresado en términos de los consumos, pero progresivamente liberada de cualquier tentación de democratización profunda. Así, la nueva mayoría apuesta por una combinación entre el refuerzo de la esfera securitaria y el mantenimiento de los niveles alcanzados en el bienestar material. Estos contingentes dominantes en la opinión pública resultan de un nuevo sistema político que se recompone sobre las cenizas de las viejas instituciones: es la videopolítica que se asienta sobre el suelo devastado de tantos años de proyectos incumplidos y neutralizados por una secuencia de reformas a la contra.

En particular, tengo cierta nostalgia de los años ochenta. En 1986 viví el referéndun sobre la OTAN de 1986, en el que tuvo lugar una confrontación entre distintas opciones muy viva, y en el que las fuerzas contrarias a la militarización obtuvieron posiciones muy sólidas. En este proceso se hizo patente el modo de operar de las fuerzas de la demolición del proyecto democrático fundacional de la democracia española. Me refiero al célebre lema del PSOE de “OTAN, de entrada no”. Este representa a una estrategia inteligente de neutralización de un cambio, sometiendo a la erosión a los contenidos del mismo en espera del desgaste de las fuerzas que lo sustentan. Así se construyen la estrategias lingüísticas de la reversión española del viejo capitalismo fordista, que nunca llegó a ser completo en nuestro país. A día de hoy, la decisión de incrementar el gasto militar e incorporarse activamente al proyecto OTAN, es avalada por una mayoría aplastante de las fuerzas políticas y los medios de comunicación, minimizando las resistencias a la expansión militarista.

Los viejos progresistas y reformadores del final del franquismo hemos devenido en habitantes de un extraño museo que los demás invocan desde un exterior que representa lo contrario a la lógica de la exposición temporal que termina con la salida del espectador a su medio exterior. Las barreras de separación entre la exposición y el mundo que la rodea son de una envergadura insalvable. Allí se representan lo que se apela como a “los valores”, que son cuidadosamente despojados de cualquier vínculo con las realidades que imperan en el gélido exterior.  Estos viven para ser invocados en las ocasiones solemnes, presentados de manera esmerada para que se ubiquen en el espacio aéreo de la contemplación, evitando su contacto con los suelos, en los que rigen otras lógicas asimétricas a ellos.

Una de las piezas democráticas que ha caído en estos días, es la confirmación de un Sahara liberado de los saharauis, confirmando el viejo pacto de Juan Carlos y Hassan II en los años 70, corroborado por los papeles de la CIA. Se trata de explotar en régimen de coproducción las riquezas de ese espacio, liberándose de la impertinente población arraigada en ella. Así se cierra el proceso histórico en el que se mantuvo el vínculo simbólico con nuestros ilustres colonizados. Se trata de la segunda versión de lo que Eduardo Subirats denominó como “continente vacío” referido a América. Este viraje final tiene lugar en un momento en el que los viejos progresistas se encuentran aislados y debilitados, en un momento que visualiza el gran salto de las fuerzas del neofranquismo revivido.

He rescatado un viejo texto de Jesús Ibáñez, uno de los intelectuales comprometidos de la primera época del postfranquismo. En un libro que recoge algunos de sus artículos periodísticos, con el título de “A contracorriente”, despliega su mirada crítica sobre las realidades de la reversión democrática. Su segundo capítulo explora lo que denomina como “De la transición como conversión”, que concluye en el tercero con el título de “De la conversión a la perversión”, que supone una síntesis reveladora acerca del signo del proceso en curso.

Este texto se refiere al Sahara con el título “Los saharauis entre el puño y la rosa”. En el mismo se exponen los avatares de los cambios en la política exterior que los van victimizando y creando las condiciones de la solución final en este año. Es elocuente este texto po su intemporalidad, lo que ratifica que los procesos de reversión democrática son de onda larga. Este está publicado en el 97 pero su estructura y actores son válidos para todos los tiempos del devenir de la monarquía postfranquista. En él se ironiza sobre la aplicación de los programas políticos, que son sometidos a las ingenierías lingüísticas. Recuerdo que Tip y Coll, refiriéndose a los célebres ochocientos mil puestos de trabajo prometidos, parodiaban una conversación en la que decían imitando al entonces presidente González: Yo no dije ochocientos mil, se entendió mal, lo que dije fue ochocientos o mil”. La sátira de Ibáñez haría énfasis en que solo una o separa ambas afirmaciones, una letra entre catorce.

La metáfora de la horma y la garlopa es magnífica. Todas las reformas de la segunda parte del postfranquismo se inspiran en la garlopa, tratan de reducir el pie renunciando a la horma. Sí, ya hace tiempo que solo somos virutas.

Este es el texto de Jesús Ibáñez.

 

                             LOS SAHARAUIS ENTRE EL PUÑO Y LA ROSA          

 

Dicen que el PSOE  no ha cumplido su programa electoral. No es enteramente cierto. Ha introducido, eso sí, pequeñas modificaciones. Donde decía “Sí”, dice “No”, y donde “No”, “Sí”, donde decía “Menos”, dice “Más” y donde Más”, “Menos”. Eso es todo.

Nos `prometieron el  cambio y cambio ha habido.

Así, en vez de “Sahara independiente”, “Sahara dependiente”. Un cambio mínimo, solo dos letras (in) de un total de diez o nueve. Una rebaja de un diez por ciento. Si el programa se toma al pie de la letra, resulta una injusticia pues no se ajusta a la realidad. Para ajustarlo –y que resulte justo- hay que cambiar algo, bien el programa, bien la realidad.

Si te aprieta tu zapato, puedes meterlo en una horma para que ensanche o estrechar el pie con una garlopa.

Eso se podía hacer con el Sahara ¿Dónde encajar a la población saharaui? Cabían dos políticas. Aplicar la horma: obligar a Marruecos a que dejara en libertad a los saharauis. Aplicar la garlopa: eliminar a los saharauis del Sahara. Aquí la garlopa va a reducir a virutas todo el pie. Bien. No se puede hacer una tortilla sin romper los huevos. Se ha hecho justicia: el zapato ajusta al pie.

Está explicado el cómo, queda el porqué.

¿Cuándo y porqué se ensancha el zapato? ¿Cuándo y porqué se estrecha el pie? Es tópico el pragmatismo de nuestro presidente. Porque ha comprendido que para conservar el Poder –imaginario- hay que renunciar al poder –real-. Someter a los débiles y dejarse someter por los fuertes. Para los débiles el puño, para los fuertes la rosa. Cuando dice el propio presidente “Es más fácil pegar a uno débil que a uno fuerte ¿No lo sabíais? Por eso a los saharauis les tocó el puño.

Además de este lado objetivo, hay un lado subjetivo del problema.

Imaginaos que el presidente o el ex vicepresidente conservaran la capacidad de enrojecer. Ya sé que hace falta mucha imaginación. Pero no es imposible. Pues bien, vamos a ensayar un experimento mental. Se necesitan dos vídeos y un espejo. Un vídeo contiene los abrazos de antaño a los líderes del Frente Polisario. El otro los desplantes de hogaño. Mostrad los dos vídeos primero a uno, luego a otro, de los dos personajes (por separado porque ya no se juntan). Luego enfrentarlos con el espejo ¿Creeís que serían capaces de mirar el espejo? Rotundamente, no. Y, sin embargo, miran. Luego era falsa la imaginación de partida.

Pero, ¿son los saharauis tan débiles? No, en la medida en que todos somos saharauis. Si dejamos que les apliquen la garlopa, todos acabaremos de virutas.

Puaj…

 

 

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