Presentación

PRESENTACIÓN

Tránsitos Intrusos se propone compartir una mirada que tiene la pretensión de traspasar las barreras que las instituciones, las organizaciones, los poderes y las personas constituyen para conservar su estatuto de invisibilidad, así como los sistemas conceptuales convencionales que dificultan la comprensión de la diversidad, l a complejidad y las transformaciones propias de las sociedades actuales.
En un tiempo en el que predomina la desestructuración, en el que coexisten distintos mundos sociales nacientes y declinantes, así como varios procesos de estructuración de distinto signo, este blog se entiende como un ámbito de reflexión sobre las sociedades del presente y su intersección con mi propia vida personal.
Los tránsitos entre las distintas realidades tienen la pretensión de constituir miradas intrusas que permitan el acceso a las dimensiones ocultas e invisibilizadas, para ser expuestas en el nuevo espacio desterritorializado que representa internet, definido como el sexto continente superpuesto a los convencionales.

Juan Irigoyen es hijo de Pedro y María Josefa. Ha sido activista en el movimiento estudiantil y militante político en los años de la transición, sociólogo profesional en los años ochenta y profesor de Sociología en la Universidad de Granada desde 1990.Desde el verano de 2017 se encuentra liberado del trabajo automatizado y evaluado, viviendo la vida pausadamente. Es observador permanente de los efectos del nuevo poder sobre las vidas de las personas. También es evaluador acreditado del poder en sus distintas facetas. Para facilitar estas actividades junta letras en este blog.

sábado, 31 de julio de 2021

LA INCESANTE REACTUALIZACIÓN DE LA ESTULTICIA Y LA CRISIS DE LA INTELIGENCIA

En los últimos años se incrementa en mi entorno vital la proliferación de necedades que pueblan mi vida cotidiana y las comunicaciones públicas y privadas de mi entorno. La estulticia manifiesta una vitalidad insólita y se disemina por todos los ámbitos sociales. Esta adquiere formas múltiples que interactúan mutuamente generando, al estilo de los virus, nuevas cepas. Parece imposible detener esta incesante reactualización y explosión de la necedad, de forma que el viejo concepto de stultifera proclama su actualidad impúdicamente. La sociedad del conocimiento se funde con la proverbial nave de los necios.

El problema de la stultifera del presente radica en que conquista las cimas de las organizaciones, alcanza a múltiples autoridades y se instala en todas las estructuras. Pero su gran capacidad radica en que ocupa posiciones en dos estructuras centrales: la educación y los medios. En el caso de la universidad, cuya supuesta función es la construcción de la inteligencia, una ola inmensa de trivialización y pensamiento ligero neutraliza la misma institución. El virus que la impulsa se encuentra acomodado en los guiones de la organización, que engendran un arquetipo en continuo movimiento compulsivo para alcanzar resultados inmediatos. Así se constituye una inteligencia limitada por el campo programado para cada cual. Que se ve en la imperiosa obligación de realizar múltiples actividades para alcanzar los objetivos parcelados.

El sujeto activista universitario, sea docente o comprador de créditos (estudiante), se ve constreñido por un medio hiperprogramado que le requiere sin pausa alguna. Su inteligencia es esculpida como sujeto realizador de cálculos y jugadas a favor de sus objetivos, ateniéndose a las reglas imperantes. Así, frente a problemas complejos, multidimensionales y evolutivos, queda crecientemente incapacitado. La vida profesional es una sucesión de jugadas aisladas, que cada cual debe resolver para maximizar sus resultados, milimétricamente comparados con sus iguales-competidores. En ese campo no quedan recursos para ocuparse de otras cosas. El inteligente libro de Gilles Châtelet, Vivir y pensar como puercos, es un monumento de lucidez y remite al atontamiento colectivo.

Aún a pesar de que el paso de los años de ejercicio como profesor me alertaban de un escenario inquietante en el que se multiplicaban los memos y sus creaciones, fue en el primer año que se instauró el Trabajo Fin De Grado TFG cuando recibí el primer impacto que me conmovió profundamente. Estaba en el tribunal  de una compradora de  mis propios créditos con la que había tenido buena relación y tenía estima por ella. Había hecho un trabajo minucioso sobre los cambios del comercio en Granada. Analizaba la preponderancia de las cadenas y las franquicias en detrimento del pequeño comercio convencional. Cuando lo leí por primera vez me produjo una suerte de taquicardia, con sudores frios y una ira que salía de mi cuerpo. La razón era  su omisión total a los comercios chinos, que era el cambio más contundente que se había producido en los últimos treinta años. Me costó mucho guardar la compostura.

Pero aún peor que la educación, que desde hace décadas es un subcampo de la animación, es lo de los medios. Las tertulias son conversaciones de un nivel tan ínfimo, que cualquier espectador habitual es gravemente afectado por su banalidad. La desinteligencia estructural de la televisión se especifica en el éxtasis en la comunicación no verbal. Las actuaciones de los hombres y mujeres del tiempo son antológicas, siguiendo la pauta de Brasero. Viendo a los reporteros de la Sexta quedo anonadado por su exceso de retórica no verbal y su uniformidad absoluta. Es todo tan homogéneo que resulta un atentado a la inteligencia en el umbral del terrorismo. Hay una presentadora de la Sexta que desarrolla todo el repertorio no verbal cada vez que es situada de pie frente a la cámara para decir cosas altamente banales. Entonces se despliega como un robot, maximizando los movimientos de los brazos y los juegos de manos, acompañándolos de movimientos de la cabeza, las piernas y explotando su rostro mediante la movilización sucesiva de todos los subsistemas. Lo dicho, es un verdadero robot.

La decadencia inexorable de la grafosfera y el impetuoso salto de la videosfera esculpen las inteligencias, pero sobre todo, producen una uniformización inquietante. En mis últimos años de docencia, en las presentaciones orales de trabajos, la monotonía de los cuerpos, los tonos y los estilos resultaban terroríficos. Los compradores de créditos habían sido cortados por el mismo patrón en los largos años de internamiento en el aula y como espectadores de la institución central de la televisión. Por supuesto que había algunas esperanzadoras excepciones, pero esta es una verdadera sociedad de los maquinizados. El taylorismo educativo ha formateado las mentes de manera irremediable.

He leído un texto delicioso cargado de inteligencia acerca de la célebre nave de los necios. El autor es el filósofo Juan Antonio González de Requena Farré, de la Universidad Austral de Chile. Es el Editorial de una revista de esa universidad, "Stultifera. Revista de Humanidades y Ciencias Sociales". Este texto es el editorial del Volumen 3 Número 2. He decidido publicar aquí una parte de este en la convicción de que puede ayudar a pensar a algunos lectores distanciados de su propia cadena de producción de méritos. El Editorial se puede leer en su integridad aquí

 

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Editorial: Pero ¿quién pilota la nave de los necios? 

Juan Antonio González de Requena Farré

Aunque se resiste estúpidamente a salir del escenario, podemos afirmar, en tiempo  pretérito,  que  la  imbecilidad  consumada  ha  presidido  una  de  las superpotencias  del  supuesto orden mundial.  Tal  vez  no  hay  mucho  que festejar. Quizá haya un imbécil menos al timón del orden internacional, pero  ello  no  garantiza  que  la  estupidez  estructural  no  siga  conduciendo  los  asuntos  humanos.  Otros  dirigentes  mentecatos,  conductores  zopencos  y  líderes estólidos han desaparecido de escena, y el signo de los tiempos no  necesariamente cambió, para desesperación de los filósofos biempensantes y los intelectuales esclarecidos. Y es que a los platónicos de todo tiempo y condición les parece inapelable la tesis de que solo quien realmente sabe debiera asumir la conducción de los asuntos humanos. Una de las analogías típicas de este credo epistemocrático proviene del campo de la navegación, donde aparentemente no todo el mundo puede ser piloto:

 Imagínate que respecto de muchas naves o bien de una sola sucede esto: hay un patrón, más alto y más fuerte que todos los que están en ella, pero algo sordo, del mismo modo corto de vista y otro tanto de conocimientos náuticos, mientras los marineros están en disputa sobre el gobierno de la nave, cada uno pensando que debe pilotar él, aunque jamás haya aprendido el arte del timonel y no pueda mostrar cuál fue su maestro ni el tiempo en que  lo  aprendió;  declarando,  además,  que  no  es  un  arte  que  pueda enseñarse,  e  incluso  están  dispuestos  a  descuartizar  al  que  diga  que  se puede enseñar; se amontonan siempre en derredor del patrón de la nave, rogándole y haciendo todo lo posible para que les ceda el timón. (Platón, 2000, 488 a-c)

No  obstante,  las organizaciones  e  instituciones  humanas,  tanto gubernamentales como no gubernamentales, exhiben frecuentemente una pauta  muy  diferente  de  selección  del  personal  a  cargo  del  pilotaje  o  la conducción que trazará la hoja de ruta y guiará la navegación colectiva. En algunos casos, la posibilidad de tripular como piloto alguna organización o institución  resulta  directamente  proporcional  a  la  capacidad  para  no escuchar  nada,  no  decir  nada  y  no  quejarse  por  nada  ni  nadie.  Así  lo recordaba —a través de un chiste acerca de la universidad española— un conocido investigador sobre la inteligencia humana:

Un  mensajero  llega  a  una  universidad  con  un  paquete  especial  para  el profesor Torres. Pregunta al secretario del departamento y se entera de que en ese momento el profesor Torres no está, pero que se lo espera en breve. El mensajero se sienta a aguardar al profesor. Aguarda una hora, dos horas, una semana, un mes, un año, dos años, sin decir nada para no molestar a nadie. Por último, después de tres años, el departamento lo nombra profesor. (Sternberg, 1997, p. 112)

 

¿Resulta familiar?  Además  de  representar  a  algunos  conocidos  de nuestro entorno cotidiano, el chiste nos recuerda inevitablemente a toda una galería de personajes literarios en quienes la ficción supera con creces a la realidad. Por supuesto, en la lista figura el Sr. Chance (hasta su nombre es ocasional), alias Gardiner: ese idiota vegetativo protagonista de la novela Desde el jardín, que en su vida solo sigue su propio ritmo —como las plantas al crecer—, inmerso en el jardín que cuida y en la pantalla del televisor, la cual  es  su  único  referente  de  realidad  y  su  modelo  imaginario  de comportamiento.  En  la  novela  de  Jerzy  Kosinski  de  1971,  alguien  así (únicamente  capaz  de  acomodarse  a  rutinas,  reproducir  estereotipos televisivos  y  mimetizarse  imaginariamente  con  lo  que  los  eventuales espectadores  esperan  de  la  puesta  en  escena  social)  se  convierte  en  un personaje  público  influyente  y,  finalmente,  en  un  prometedor  candidato político (Kosinski, 2005).

¿Suena conocido? De algún modo, este tipo de idiotas vegetativos, que no hacen nada más que responder inocentemente a las expectativas ajenas, evocan de lejos la bonhomía del tonto autóctono, el sujeto atado a la tierra y sometido a la labor cíclica al ritmo de la naturaleza, para sobrevivir con sencillez y alimentarse sobriamente del pan producido únicamente por sus propias  manos.  Ese  tipo  de  idiota  autóctono  es  capaz  de  engañar  al mismísimo diablo (o, mejor dicho, burlar las expectativas maliciosas), como ilustra Iván el tonto, el célebre cuento de Lev Tolstoi (1885/2004). Al fin y al cabo,  no  tiene  nada  que  perder,  salvo  su  simple  vida  e  ingenua autosuficiencia. También el príncipe Myshkin, el protagonista de la novela de  Dostoyevski El  idiota (1868/2013),  comparte  esta  simpleza  ingenua  y candor sin reservas de quien solo es el receptáculo de las intenciones ajenas, y se convierte en el confidente compasivo y el espejo transparente en que se reflejan las complicadas vidas de los demás y los artificios de la convención social.  Sin  duda,  la  pureza  ingenua  de  este  tipo  de  idiota  contrasta  con nuestros imbéciles en el poder, autorreferentes también, pero indiferentes a la desgracia ajena y a las consecuencias de sus actos estúpidos.

Hay otro tipo de estúpidos en la variopinta condición humana, y no parecen  mejor  dotados  para  pilotar  la  nave  de  los  necios.  Está  el  necio pícaro, como lo ilustra el Simplicius Simplicissimus de Von Grimmelshausen (1669/1986), aunque este no es sino el reverso del saber admitido y de la autoridad establecida; se convierte en el doble bufonesco de la corte, triunfa en sociedad, sucumbe a los vicios mundanos y, finalmente, se retira del mundo como el más sabio de los humanos haría. También hay imbéciles petulantes, como Bouvard y Pécuchet de Flaubert (1881/1971), quienes, por mucho  que  lo  intentan  y  por  más  que  cultivan  superficialmente  sus limitados talentos en todas las artes y ciencias, fracasan reiteradamente en el  intento  de  descollar  sobre  la  medianía  intelectual  de  la  humanidad, teniendo  plena  consciencia  de  la  estupidez  de  las  masas.  Un  caso interesante  es  el  idiota  que  encarna  la  estupidez  estructural  de  algunas instituciones  humanas,  como  el  soldado  Švejk  de  la  novela  satírica  de Jaroslav Hašek (1922/2016); y es que entornos como la brutalidad de la guerra y la sórdida disciplina cuartelera encierran más absurdo e insensatez que  las  ambivalentes  respuestas  del  subordinado  idiota,  de  manera  que parecen  absolverlo.    que  hay  muchos  más  tipos  de  bobería,  fatuidad, cretinismo, pazguatería, mentecatez y tontería, pero le dejamos al lector la noble tarea de realizar su propio memento recordatorio de la estupidez humana. 

La conclusión de esta galería de necios es inquietante: puesto que hay más opciones de ser necio que de alcanzar el justo punto de la sabiduría, parece más probable que seamos dirigidos por algún estúpido; sobre todo si opera el principio de selección de quienes nada oyen, nada dicen y de nada se quejan. Como observaba Slavoj Žižek a propósito de la crisis económica mundial  del  2008,  el  desastre  no  fue  atribuible  a  la  ignorancia  de  la ciudadanía,  sino  a  que  los  expertos  no  saben  lo  que  hacen,  y  las  élites gobernantes son cada vez más incompetentes.  Extrañamente,  ante  el  desalentador  panorama  de  las  sociedades supuestamente   hipercomunicadas,   ultravigiladas   y   sujetas   a   la autoexplotación, hay quienes defienden la vía de cierto idiotismo, que haga valer la singularidad, el silencio, la apertura idiosincrática a lo diferente y la inmanencia del vivir (Han, 2014). Si lo dice Byung-Chul Han... Suponemos que no se refería a un asshol de tomo y lomo como Donald Trump (solo estoy  citando  el  ensayo  sobre  la  imbecilidad  de  James,  2016)  ni  a  las tonterías  ocasionales  de  algunos  gobernantes  convertidos  en  su  propio bufón; tampoco a la imbecilidad mimética ni a la estupidez estructural. Más bien  parece  que  estos  tiempos  aciagos  estuvieran  poniendo  en  escena viralmente la frase del Macbeth de Shakespeare:

La vida no es más que una sombra en marcha; un mal actor que se pavonea y se agita una hora en el escenario y después no vuelve a saberse de él: es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa nada. (1873, acto quinto, escena quinta)

 

En todo caso, dado el carácter multiforme y proteico de la necedad humana,  resulta  difícil  concebir  —o,  incluso,  imaginar—  cómo  sería  un mundo gobernado por la idiotez y con la estulticia por guía providencial. ¿Se trataría de un universo de mónadas embotadas en su autoencierro, o bien de  un  devenir  insensato,  indeterminado,  intempestivo  e  impredecible? ¿Primaría la fatuidad de un sujeto peraltado, incapaz de comprender su pertenencia al mundo y a los otros, o acaso asistiríamos a la deposición de toda  voluntad,  a  la  disolución  del  yo  y  a  la  apertura  sin  reservas  a  los designios ajenos? ¿Consistiría en la implosión de una autodeterminación egocéntrica sin consideraciones ni concesiones, o bien en la consumación de una heteronomía plena que borrase cualquier indicio de individualidad? Quién sabe... Quizá nada sería tan diferente respecto a cómo son las cosas efectivamente: una confusa mezcla de inercia y accidente, de indiferencia y torpeza,  de  opacidad  y  malentendido,  de  fatuidad  e  incapacidad.    Con frecuencia, el arte occidental representó el mal y lo demoniaco bajo la figura del híbrido monstruoso, como una abigarrada composición de elementos inquietantes  de  los  más  diversos  animales,  criaturas  y  condiciones;  no obstante, parece que ese es también el aspecto de la omnipresente tontería y la mundanal estulticia. 

 

 

jueves, 29 de julio de 2021

LA CONVERSIÓN DE LA ATENCIÓN PRIMARIA EN UNA CAUSA SOCIAL NOBLE

 

Lo mejor del olvido es el recuerdo

Gloria Fuertes

La Atención Primaria está experimentando una situación singular que conforma una paradoja inaudita. Esta se puede resumir en estos términos: En tanto que sus dispositivos asistenciales acentúan el largo declive iniciado muchos años atrás, ahora reforzado por la crisis de la Covid, su alfabetización mediática y política crece exponencialmente , configurándose en los medios de comunicación como una causa social noble que concita todo tipo de adhesiones. Sin embargo, ni en los presupuestos ni en las agendas políticas se atisba ninguna señal sobre su rehabilitación, sino, precisamente lo contrario, confirmando así tanto el decrecimiento fatal de sus recursos como la incentivación de sus alternativas privadas.

Se puede establecer un vínculo aciago entre la atención primaria y el pueblo palestino. Ambas parecen predestinadas a una muerte lenta que carece de un final. En el largo proceso de deterioro se configura un genocidio lento e incremental que tiene lugar a la vista de todos, pero que genera múltiples adhesiones en la videosfera que no tienen ninguna consecuencia en el cruel óbito interminable. Esta es una causa noble que cristaliza en los pronunciamientos múltiples ante cada acto de la secuencial aniquilación. Pronunciarse a favor de los palestinos ha devenido en una pauta honorable para las gentes de la inteligencia, de las artes y las letras. Se trata de una suerte de muerte anunciada, pero no materializada y concluida, que genera un proceso definido por la célebre frase de “hoy peor que ayer pero mejor que mañana”.

La situación de la atención primaria en España remite a una tragedia semejante. En tanto que su deterioro es manifiesto, es convertida en causa política contra la derecha, que en Madrid practica una suerte de terrorismo institucional de mediana intensidad contra ella. Pero en aquellas autonomías gobernadas por el pesoe, el devenir de la misma, en términos de proceso, ha sido equivalente a una inexorable demolición. De mis vivencias como usuario en Granada no quiero ni siquiera acordarme. Durante muchos años tuve que vivir con la incompatibilidad de mi nefasta experiencia de usuario y las representaciones fantasiosas que predominaban en la EASP.

Cada vez que oigo las quejas y los llantos sobre Madrid me acuerdo de Andalucía o Extremadura, región que el libro canónico de Enrique Gavilán había radiografiado con una precisión letal. Entonces termino mascullando aludiendo a las diferencias entre Gaza y Cisjordania, así como recordando a la maga Susana Díaz, ejecutora eficaz de la intensificación de su declinación . Está claro que Madrid es Gaza, pero ¿la solución está en Cisjordania, o en Jerusalén? Cuando escucho los discursos en estos días no puedo contener mi perplejidad. La atención primaria se ha convertido en un objeto de confrontación política, en tanto que los contendientes se atienen estrictamente a las pautas del decrecimiento, la desprofesionalización, la sobrecarga asistencial, el deterioro de la calidad del servicio, la proletarización, la precarización y la minimización de los servicios.

Por estas razones, entiendo que, al estilo de la cuestión palestina, la atención primaria está escenificando sus pompas fúnebres. Todo lo que está ocurriendo allí está determinado por el canon de lo funerario. Los discursos revestidos de su antigua grandeza siguen vivos en las élites profesionales y en algunos segmentos minoritarios de profesionales incorporados en los últimos años. Pero la gran mayoría apuesta por un comportamiento conformista y se comporta como un grupo de interés menor, que carece de autonomía y hace patente su indefensión frente a las decisiones externas. En las últimas huelgas se evidencia la degradación inducida por las autoridades sanitarias herederas de la Reforma Abril, que se consolida como el mito de origen de la destitución de la AP como “el centro” del sistema sanitario.

En las situaciones funerarias los discursos adquieren todo su esplendor en el elogio del finado. Ahora, hasta los tertulianos, que constituyen la columna vertebral del régimen, se manifiestan preocupados por su decrecimiento. Todos la elogian y proponen su rehabilitación. Pero nadie propone otra cosa que “reforzarla”. En esta trivial conversación, se ignora que una apuesta por la misma implica un verdadero salto presupuestario. Nadie se manifiesta a favor de esta opción, ni siquiera se considera en este torrente de palabras pomposas y funerarias. Así, la invocación a la atención primaria y su refuerzo, se ha convertido en un lugar común, en un grito de rigor, el cual no tiene consecuencia alguna sobre las decisiones sanitarias. Mientras tanto, el mercado sí que se está reforzando mediante la expansión de contingentes de población que compran un seguro de salud, manteniéndose en el sistema público para hacer uso de la atención hospitalaria en caso de necesidad.

No cabe duda de que la AP se ha convertido en algo similar a una causa social perenne, al modo de la pobreza, las desigualdades sociales o de género, las violencias múltiples o la inseguridad ciudadana. Los operadores mediáticos la invocan repetidamente deseándole la mejor de las suertes. Pero estos discursos no son otra cosa que plegarias a un altísimo que dirige las políticas públicas ignorándola y relegándola. Las jaculatorias en su honor remiten a la debilidad política de los colectivos profesionales asentados en ella. La incapacidad para ejercer presiones sobre los decisores es proverbial.

Así, en tanto que se incrementan las rogativas en su defensa apelando a la misericordia de los decisores, la descomposición institucional progresa adecuadamente. El peor signo de la misma es el abandono de profesionales, algunos de ellos hacia actividades nobles que se sustentan en su honorable defensa simbólica. En mis primeros tiempos de aterrizaje en el campo sanitario, un médico muy inteligente que después fue gerente y director médico de Valdecilla, decía, refiriéndose a los múltiples profesionales que nos incorporamos a este próspero campo, que “éramos los hijos de Alma Ata”. Sin este acontecimiento hubiera sido imposible nuestra concurrencia allí.

Desde esta perspectiva puede inteligirse la atención primaria actual. La fuga de profesionales de primera línea hacia actividades basadas en su defensa honorífica. Así, en parlamentos, fundaciones, observatorios, cátedras, think tans, staffs suntuosos y otras formas nobles de defenderla. Pero el problema de fondo estriba en su incapacidad para reconstituir su defensa como grupo de interés en el campo político. En estas condiciones, los decisores del estado relacional van a ser implacables, al estilo de otras causas nobles como la pobreza, la precarización o la violencia de género. Junto a la práctica de sus cultos honoríficos, cuyo rango es nada menos que el centro imaginario del sistema sanitario, las resoluciones van a presentar coherencias con las prioridades del novísimo estado, que no son otras que el crecimiento económico.

Sin llegar a afirmar que la AP es marginal al sagrado crecimiento, sí se puede considerar que no se encuentra entre sus prioridades. Esta es la causa de su declive y deterioro. Se trata de una red asistencial focalizada a la asistencia sanitaria a las poblaciones desplazadas de la gran reconversión productiva y económica en curso. La forma más rigurosa de definirlo es mediante la etiqueta de “Atención Primaria postfordista”. Esta desempeña la asistencia a los segmentos de población penalizados por la dualización del sistema productivo y la sociedad. Nos encontramos en los albores de este proceso de deterioro. Por proporcionar una imagen elocuente se trata de implementar una gran red de casas de socorro con rostro posmoderno en todo el territorio. Algunas páginas del libro de Enrique Gavilán son excelsas para comprender este proceso.

Convertirse en una causa social noble es una apuesta por un suicidio dulce. Las prédicas de los tertulianos bienpensantes pueden inducir a los profesionales de que al fin los señoritos se han dado cuenta de las carencias y van a invertir, a reforzarla, según la fatal metáfora imperante. En ese espejismo vivimos el opaco presente. Por el contrario, la única defensa posible de la AP es considerarla como una causa política y realizar acciones dirigidas a modificar los equilibrios imperantes en el campo de fuerzas que sustenta las decisiones. Esta fue mi posición en los últimos años de presencia en el campo sanitario y mis intervenciones en los foros de la PACAP. Pero entiendo que es más cómodo seguir pensando la AP en términos quiméricos, al margen del contexto sociohistórico que gobierna su reconversión, que es percibida como un mero accidente.

En una situación de descomposición se multiplican las fugas, los defensores en instancias exteriores y las capillas y castas internas que siguen manteniendo cuotas de poder efectivo. Mientras tanto, el réquiem final aparece en forma de horizonte, que nunca llega definitivamente pero se encuentra presidiendo inexorablemente todas las actividades. Las palabras de Gloria Fuertes son premonitorias. Lo mejor del olvido es el recuerdo. Una verdadera sentencia de lo que ocurre en la AP, que vive sus miserias desde los esquemas cognitivos de la edad de oro inicial. Nos aliviaremos cuando contemplemos los terribles bombardeos sobre Gaza/Madrid y abrazaremos la ensoñación de encontrarnos en Cisjordania o Jerusalén.  Solo falta la realización de una serie o una película sobre la desdichada AP, que catalizará los pronunciamientos de las gentes de los mundos de las artes escénicas y las industrias culturales.

 

 

 

 

 

jueves, 22 de julio de 2021

JUAN GERVÁS Y EL ESPECTRO DEL MACARTISMO EPIDEMIOLÓGICO

Mensaje personal a twitter:

Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo digital

 

Ayer me enteré del bloqueo de la cuenta de Juan Gérvas en twitter. Esta incidencia de censura es muy coherente con el signo de los tiempos. El complejo decisional del capitalismo epidemiológico se cierra sobre sí mismo e instaura el monolitismo y la obediencia debida, recuperando y reformulando los elementos principales que forman parte de las malas artes del veto imperantes en los distintos autoritarismos del pasado. La explicación que el propio Gérvas da de esta incidencia se puede encontrar en Acta Sanitaria  https://www.actasanitaria.com/dimes_y_diretes/twitter-bloquea-la-cuenta-de-juan-gervas-al-atribuirle-fake-news/ .

Me llama poderosamente la atención que casi nadie se haya enterado del asunto. Hoy he publicado un tuit lamentando su ausencia y muchas personas seguidoras de los textos de Gérvas no sabían nada. La voz de Gérvas es imprescindible en la medicina española. Se trata de un independiente que transita en el compulsivo escenario del siglo XXI. En este tiempo ser independiente de los poderes instituidos, que adquieren la forma de lo que se ha denominado como complejo médico-industrial, representa un valor fundamental.

Su papel en twitter es continuado, prolífico y generoso. Casi todos los días distribuye un conjunto de informaciones, noticias y textos procedentes de la inteligencia médica crítica basadas en fuentes difícilmente accesibles para los no especialistas. Asimismo, sus posicionamientos y valoraciones respecto a distintas cuestiones críticas. En estas están presentes su lucidez y valor cívico, en tanto que no pocas de estas van a la contra del pensamiento único y la verdad oficial instalada. No puedo dejar de evocar los SIAP donde lo conocí, en los que la fase de debate virtual producía tantos textos de apoyo a distintas posiciones que era imposible seguirlos.

La pandemia ha agudizado su frágil posición periférica. Entre las múltiples respuestas que he recibido en las cuatro horas desde que he publicado el tuit lamentando su ausencia, apenas hay médicos. Solo he visto un tuit de Mónica Lalanda lamentándolo. Esta fue precisamente mi fuente. Este silencio denota precisamente las condiciones existentes derivadas de la fusión de la situación preexistente con la dinámica de la pandemia. Gérvas es seguido por muchos profesionales pero estos guardan un silencio estruendoso, que es una señal inequívoca del autoritarismo reactivado y reactualizado por la llegada de la Covid.

El bloqueo de la cuenta de twitter de Gérvas no es una señal aislada sino un indicio premonitorio de la configuración de un nuevo complejo epidemiológico-industrial global. Es la primera vez que lo escribo, pero lo pienso desde hace varias semanas. El oro líquido que sustenta el negocio colosal de Pfizer, Moderna y los demás gigantes industriales necesita sustentarse en una mediosfera obediente que garantice la uniformidad y la disciplina. Este nuevo dispositivo industrial puede instaurar un nuevo macartismo. Por eso me pregunto acerca de si esta es una de las primeras señales de la sofisticada persecución de disconformes, disidentes y otras voces críticas.

Ahora presento la explicación que el propio Gérvas da tomada de la página de No Gracias, no sin antes enviarles a él y su compañera Mercedes un abrazo imposible, porque si lo hiciera efectivo terminarían en las manos de los traumatólogos. Nunca mejor dicho eso de “seguimos”, porque cualquier macartismo epidemiológico-industrial encontrará mi férrea oposición.

 

 

LA CIENCIA CREA MONSTRUOS AL CONVERTIRSE EN RELIGIÓN. UN EJEMPLO: CENSURA SIN LÍMITES EN TWITTER. POR JUAN GÉRVAS

Los bulos y las noticias falsas (“fake news”) han existido siempre y probablemente van parejos al desarrollo del lenguaje y de la comunicación (1,2). Es buen ejemplo el generado por Octavio Augusto para desacreditar a Marco Antonio en su pugna por el poder para convertirse en el que sería el primer emperador romano, hace más de dos mil años. A su modo, ya existían los medios de comunicación y las mentiras con fines políticos y económicos, que en este caso se transmitieron a través de frases cortas impresas en monedas.

 Los libelos han sido frecuentes y transmitidos por todos los medios posibles pero la invención de la imprenta permitió su difusión mundial y por escrito, ya hace más de quinientos años.

 

La invención de la prensa de masas y de los periódicos diarios, a finales del siglo XIX, hizo más fácil la manipulación, que llegó a ser el lema de William Hearts (1863-1951), el empresario estadounidense que se proclamaba “creador de noticias” («make news»”) y que sirvió de arquetipo para la crítica de Orson Welles en su película Ciudadano Kane, en 1941.

 

La radio y la televisión se sumaron al repertorio de medios de masas para difundir noticias falsas, y a finales del siglo XX la aparición de Internet y de las Redes sociales añadió la espontaneidad a la instantaneidad, de forma que cualquiera puede difundir universalmente bulos y noticias falsas.

 

 En cierto sentido, con Internet, la manipulación se democratizó y en el siglo XXI no se requiere ser dueño o acceder a los medios de comunicación de masas (periódicos, radios, televisiones, revistas, etc) para difundir información parcial y/o interesada que manipule la realidad.

Frente a la manipulación, la contramanipulación (y la censura)

Son bulos y noticias falsas las “informaciones y noticias elaboradas deliberadamente para confundir o engañar a quien las lee” y suelen contar con un titular llamativo, un contenido emocional fácil de entender y un marco que las haga creíbles (2).

 En general, los bulos y noticias falsas se han difundido en medio de un ambiente hostil, pues habitualmente expresan la reacción del débil y periférico frente al fuerte y central. Puesto que la verdad no existe, por definición es bulo y noticia falsa cualquier información, sea cierta o falsa, que discrepe de lo que sostenga el poder (político, económico, científico, religioso, etc).

Por supuesto, el poder también utiliza bulos y noticias falsas, pero se convierten en verdad por su origen.

 

Es buen ejemplo la contramanipulación de la Iglesia Católica intentando dominar la imprenta y la impresión de libros y panfletos desde la invención de la imprenta.

Han sido cuatro siglos de persecución para mantener la verdad oficial a través de la Santa Inquisición y en concreto del Índice de Libros Prohibidos (“Index librorum prohibitorum”) que duró hasta 1966 y contó con más de cuarenta ediciones, desde la primera en 1571 a la última de 1948 (3).

George Orwell alertaba en su novela ’1984′, publicada en 1949, sobre un Ministerio de la Verdad que decidía si las noticias eran ciertas o falsas según los intereses del poder. Setenta y un años después de la publicación de esta novela distópica, el Gobierno de España instauró algo similar, un órgano para “controlar a los medios” tras aprobar un protocolo contra las “fake news” por el que se atribuye la capacidad de “monitorizar y vigilar” las campañas de desinformación (y decidir cuáles lo son y cuáles no). Ello obedece a una estrategia europea para “luchar contra las injerencias externas” aprobada por la Unión Europea en 2018 (4).

 

A este ejemplo de España se suman otros muchos, especialmente de los grandes proveedores de servicios de Internet como Google o las Redes sociales como Facebook, Twitter, Linkedin e Instagram.

 La pandemia covid19 ha incrementado el ansia de control para impedir el debate científico y la transparencia política respecto a las decisiones tomadas por las autoridades con el asesoramiento científicos de sus expertos. Así, se han implantado algoritmos que permiten el análisis de millones de comentarios diarios y la censura y bloqueo de todo lo que se considere bulo y noticia falsa.

Ese es el riesgo, que el Ministerio de la Verdad cuando funcione se convierta en una máquina de censurar que transforma a los expertos, científicos y políticos en sacerdotes de una nueva religión, la religión de la ciencia, en que se considere pecado y anatema todo lo que ponga en cuestión las normas establecidas.

Se declara bulo y falsa noticia todo lo que discrepe de las normas establecidas, políticas, científicas, epidemiológicas y virológicas, especialmente si proceden del “margen”, o incluso del mismo núcleo duro “verdadero” sin son de dudosa fe. La declaración de anatema se hace desde una inmensa suficiencia (a)moral pues anatema es la condena moral, prohibición o persecución que se hace de una persona o de una cosa (actitud, ideología, etc.) que se considera perjudicial.

Un ejemplo de censura por Twitter

La hidroxicloroquina fue tratamiento universal durante los primeros meses de la covid19, y millones de personas lo recibieron de rutina.

Nunca hubo ningún fundamento científico para su uso, y las agencias oficiales de medicamentos estuvieron en contra, destacando además sus efectos adversos. Por ejemplo, en abril de 2020 la Agencia Española del Medicamento decía literalmente sobre hidroxicloroquina y cloroquina: “Actualmente ningún ensayo clínico controlado y aleatorizado ha demostrado la eficacia de estos medicamentos para el tratamiento de pacientes con COVID-19” al tiempo que destacaba sus importantes efectos adversos como alteraciones del ritmo cardíaco (más probables si además se emplea azitromicina) y trastornos neuropsiquiátricos graves (5).

Sin embargo, los médicos y los protocolos sanitarios recomendaron el uso de la hidroxicloroquina y de otros muchos tratamientos de probada ineficacia y con efectos adversos graves (6).

 Pues bien, son muchas las publicaciones científicas que han demostrado empíricamente tales daños, por ejemplo mentales (suicidios incluidos) por el uso innecesario de la hidroxicloroquina. Así, en octubre de 2020 con la base de datos VigiBase de efectos adversos de medicamentos de la Organización Mundial de la Salud (7).

 Los mismos resultados, suicidios incluidos, se publicaban en un estudio español de farmacéuticos hospitalarios liderados por el del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, titulado: «Sospechas de ideación suicida y alucinaciones atribuibles a hidroxicloroquina en el tratamiento de la enfermedad por Coronavirus-19», publicado en julio de 2021 en la Revista de la OFIL (Revista de la Organización de Farmacéuticos Iberolatinoamericanos) (8).

Difundí en Twitter, Facebook y Linkedin este artículo español el 12 de julio de 2021, lunes, literalmente con su título:

 

Sospechas de ideación suicida y alucinaciones atribuibles a hidroxicloroquina en el tratamiento de la covid19 https://www.ilaphar.org/sospechas-de-ideacion-suicida-y-aluc inaciones-atribuibles-a-hidroxicloroquina-en-el-tratamientode-la-enfermedad-por-coronavirus-19/

De inmediato Twitter bloqueó mi cuenta por: “Incumplir la política relativa a divulgar información engañosa y potencialmente perjudicial en relación con la COVID-19”.

“Para restablecer la cuenta tenía que eliminar ese comentario, o apelar la decisión”. El martes 13 de julio apelé, recibí acuse de recibo, y hasta hoy, sin respuesta.

Twitter me escribió: “Hola Recibimos tu solicitud de apelación. Nuestro equipo de soporte revisará la información que proporcionaste en relación con tu apelación. Te responderemos por correo electrónico lo antes posible. Ten en cuenta que, mientras revisamos tu apelación, no podrás acceder a tu cuenta de Twitter. Si lo prefieres, puedes optar por cancelar tu solicitud de apelación y corregir los incumplimientos. Para ello, ve a Twitter y sigue las instrucciones que aparecen en pantalla para restablecer toda la funcionalidad de tu cuenta. Gracias, Twitter”.

Ni Facebook ni Linkedin han dicho/hecho nada al respecto, y en esas dos Redes sigo participando con normalidad.

Síntesis

 Twitter considera que la difusión de un artículo científico español con datos de la práctica clínica sobre graves efectos adversos psiquiátricos (suicidios incluidos) de la hidroxicloroquina es información engañosa y potencialmente perjudicial en relación con la covid19.

Es decir, la ciencia crea monstruos al convertirse en religión y la censura en Twitter llega a extremos que ni en la novela “1984”. No pienso eliminar ese comentario que me parece relevante para médicos honrados y para pacientes necesitados de tratamiento.

Es hora de reconocer el error del uso de la hidroxicloroquina en el tratamiento de la covid19, de pedir perdón, de reparar el daño en lo que se pueda y de tomar medidas para que no se repita. Twitter está en la dirección opuesta.

Juan Gérvas, médico general rural jubilado, Equipo CESCA, Madrid, España

 jjgervas@gmail.com www.equipocesca.org @JuanGrvas

Bibliografía

 1.- Una Breve Guía de la Historia de las «Noticias Falsas» y la Desinformación: Un Nuevo Módulo de Aprendizaje por ICFJ https://www.icfj.org/news/una-breve-guia-de-la-historia-de-l as-noticias-falsas-y-la-desinformacion-un-nuevo-modulo-de

2.- Fake News. La verdad de las noticias falsas. Plataforma Editorial, Barcelona, 2018 https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7862262

3.- Index libror https://es.wikipedia.org/wiki/Index_librorum_prohibitorum

4.- Alerta de periodistas y medios españoles por el “Ministerio de la Verdad” que impulsa el gobierno para combatir las “fake news” https://www.infobae.com/america/mundo/2020/11/15/alerta-de-p eriodistas-y-medios-espanoles-por-el-ministerio-de-laverdad-que-impulsa-el-gobierno-para-combatir-las-fake-news/

5.- Cloroquina/Hidroxicloroquina: precauciones y vigilancia de posibles reacciones adversas en pacientes con COVID-19 https://www.aemps.gob.es/informa/notasinformativas/medicamen tosusohumano-3/seguridad-1/2020-seguridad-1/cloroquinahidroxicloroquina-precauciones-y-vigilancia-de-posiblesreacciones-adversas-en-pacientes-con-covid-19/

 6.- Los médicos como peligro mortal. Covid19 tratada con hidroxicloroquina, azitromicina, etc https://www.actasanitaria.com/los-medicos-como-peligro-morta l-covid19-tratado-con-remdesivir-hidroxicloroquinaazitromicina-etc/

 

7.- Psychiatric Disorders and Hydroxychloroquine for Coronavirus Disease 2019 (COVID-19): A VigiBase Study https://link.springer.com/article/10.1007/s40264-020-01013-3 8.- Sospechas de ideación suicida y alucinaciones atribuibles a hidroxicloroquina en el tratamiento de la enfermedad por Coronavirus-19 https://www.ilaphar.org/sospechas-de-ideacion-suicida-y-aluc inaciones-atribuibles-a-hidroxicloroquina-en-el-tratamientode-la-enfermedad-por-coronavirus-19/