Presentación

PRESENTACIÓN

Tránsitos Intrusos se propone compartir una mirada que tiene la pretensión de traspasar las barreras que las instituciones, las organizaciones, los poderes y las personas constituyen para conservar su estatuto de invisibilidad, así como los sistemas conceptuales convencionales que dificultan la comprensión de la diversidad, l a complejidad y las transformaciones propias de las sociedades actuales.
En un tiempo en el que predomina la desestructuración, en el que coexisten distintos mundos sociales nacientes y declinantes, así como varios procesos de estructuración de distinto signo, este blog se entiende como un ámbito de reflexión sobre las sociedades del presente y su intersección con mi propia vida personal.
Los tránsitos entre las distintas realidades tienen la pretensión de constituir miradas intrusas que permitan el acceso a las dimensiones ocultas e invisibilizadas, para ser expuestas en el nuevo espacio desterritorializado que representa internet, definido como el sexto continente superpuesto a los convencionales.

Juan Irigoyen es hijo de Pedro y María Josefa. Ha sido activista en el movimiento estudiantil y militante político en los años de la transición, sociólogo profesional en los años ochenta y profesor de Sociología en la Universidad de Granada desde 1990.Desde el verano de 2017 se encuentra liberado del trabajo automatizado y evaluado, viviendo la vida pausadamente. Es observador permanente de los efectos del nuevo poder sobre las vidas de las personas. También es evaluador acreditado del poder en sus distintas facetas. Para facilitar estas actividades junta letras en este blog.

miércoles, 3 de febrero de 2021

LA ENFERMEDAD LLAMADA TRISTEZA

 

En este texto, Franco Berardi Bifo hace una brillante interpretación acerca del presente, en la que el coexisten dos mundos entre los cuales estamos forzados a  vivir. Uno es el mundo físico y el otro es el virtual, que es producido por los medios y las tecnologías de la información. Este remite al espectáculo total producido industrialmente, que se sobrepone sobre el mundo experiencial. Las generaciones nativas digitales se instalan manifiestamente en el espacio virtual.

Este sugerente texto expone algunas de las consecuencias de este predominio del mundo del espectáculo total. Como todos los textos de este autor no tiene desperdicio. Recomiendo vivamente su lectura pausada.

                           LA ENFERMEDAD LLAMADA TRISTEZA

                                    FRANCO BERARDI BIFO

                                      REVISTA KAMCHATKA

Resulta extremadamente triste mirar al mar en estos días. Aquí, donde paso mis vacaciones de verano, en la costa del Mediterráneo, algunos chicos jóvenes nadan o toman el sol inocentemente. La gente joven no quiere saber qué está pasando, ellos únicamente saben que el infierno se está extendiendo y está engullendo su vida. A veces creo que se lomerecen. Pero sé que la ignorancia no es un defecto, la miseria moral no es su culpa, es una enfermedad.

El nazismo se está extendiendo, aunque no lo llamen así. Lo llamantristeza, lo llaman Europa, lo llaman verano, el verano más cálido hasta la fecha (pero el próximo será peor). Lo llaman elinfierno, el infierno del neoliberalismo y la explotación financiera, lo llaman desempleo, democracia en peligro, lo llaman Macron. Lo llaman calentamiento global. Yo lo llamo nazismo. Con la diferencia de que esta vez no hay salida.

Nosotros, los europeos, quienes han librado incontables guerras coloniales, quienes han explotado recursos y personas alrededor de todo el mundo, quienes han bombardeado Libia y destruido Irak y Siria, ahora están cerrando su puerta y asegurando sus fronteras. La ruta de los Balcanes fue cerrada hace dos años por los nazis húngaros y por los nazis austríacos. Los nazis franceses han bloqueado la frontera con Italia, de modo que ahora los nazis italianos están asegurando la frontera sur, lo cual significa que están presionando a los guardacostas libios para que denieguen inmigrantes, los detengan, los encarcelen, los torturen y los maten. Ellos lo llaman asegurar las fronteras. Yo lo llamo exterminio.

Hace unos meses un juez italiano ordenó confiscar el barco de una ONG alemana llamada Juventa, cuya misión es rescatar a la gente que se está ahogando. Las autoridades italianas acusan a los voluntarios alemanes de Juventa de incitar a la migración ilegal. Rescatar negros es un crimen. Pero lo más triste es el silencio. Sueño con una flota de doscientos pequeños barcos llenos de jóvenes rebeldes navegando desde Niza a Nápoles y desde Barcelona a Génova y las ciudades costeras del norte del Mediterráneo. Ellos podrían ayudar a las ONGs a hacer su trabajo, ellos podrían rescatar a la gente del agua, ellos podrían restaurar la dignidad de Europa. De ninguna manera. La gente joven está aplastada por la soledad, la depresión y la ignorancia. Miran fijamente, con impotencia, el abismo. Bienvenida al infierno es el único modo de darte la bienvenida, generación de la soledad.

LIGONES SOLITARIOS

La expresión “Generación copo de nieve” se refiere a la fragilidad psicológica de la generación que crece en la antroposfera digital: en las universidades cada vez es más probable que los estudiantes informen de que tienen problemas de salud mental y de que están seriamente angustiados por ideas que no se ajustan a su forma de ver el mundo, por eventos y noticias que cuestionan las expectativas creadas artificialmente por el entorno publicitario. Su autosuficiencia se está reduciendo y losservicios de salud mental se usan en exceso.

El verano de 2016 marcó un nuevo paso en la carrera hacia la aniquilación. Una serie de actos suicidas terroristas en Francia, en Alemania, y guerras fragmentarias en Oriente Medio. Una ola de migración desde el mar Mediterráneo y el constante rechazo de los gobiernos europeos. El Brexit y la transformación de Turquía en una dictadura de corte nacionalista con trasfondo islamista. El golpe de estado blando en Brasil y, por último, pero no menos importante, el asombroso ascenso de Trump en la escena americana.

Entonces, de repente, en el punto álgido del verano, los periódicos y la televisión centran su atención en el lanzamiento de Pokémon Go. El despliegue publicitario en torno a Pokémon puede ser visto como una anticipación de la creación de comunidades mentales cerradas: espacios cerrados de intercambio de simul-mundo, un proceso de retirada tecnológica de la escena del mundo histórico. Las tecnologías inmersivas pueden ser vistas como una herramienta para la negación en masa. Una audiencia privilegiada evita ser mentalmente invadida por las catástrofes que acechan al planeta y crea una atmósfera virtual de experiencias navegables. El usuario de Pokémon sale de su cubículo friki y persigue insectos o pájaros virtuales. Puesto que los pájaros reales están desapareciendo y no se puede perseguir una aventura real en el campo real, Nintendo está produciendo simulación de aventura y de vida.

En la inquietante película de Polanski titulada Carnage, Kate Winslett hace un comentario sobre su marido, un abogado desagradable que revisa, mira y toca incesantemente su móvil: para él lo que está lejos es siempre mucho más importante que lo que está cerca. No podía haber sido mejor expresado el efecto que la convergencia digital celular ha producido en el paisaje urbano. Distante es la información, la estimulación nerviosa que se acelera e intensifica hasta el punto de convertir en inalcanzable lo próximo. Este reformateo mental no está ocurriendo solamente en el espacio interactivo del intercambio semiótico. Va más allá, involucrando a la esfera de la cognición en sí misma: la percepción, la memoria, el lenguaje, la orientación en el espacio y en el tiempo. El flujo de la experiencia conjuntiva es interrumpido por la simultaneidad fractal de laconectividad. La esfera emocional está implicada en este proceso evolutivo de laautomatización cognitiva: losinfo-estímulos proliferan y el sistema nervioso entra en una condición de excitación y postergación permanentes.

Según las encuestas de la San Diego State University, de la Florida AtlanticUniversity y de la Widener University, los nacidos entre 1990 y 1994 tienen el índice más bajo de actividad sexual de los últimos cien años. En el libro Sex by Numbers, publicado en 2015, David Spiegelhalter, profesor en Cambridge University, argumenta que en la media de la población global la frecuencia del contacto sexual ha descendido de cinco veces al mes durante la década de los noventa a cuatro veces al mes en los dosmil, y a tres en nuestra década. Los datos ofrecidos por PornHub son notables. En 2015 se invirtieron 4 billones de horas viendo películas porno, y la plataforma recibió 21 billones de visitas. Después de tantas horas de sexo en los medios, poco tiempo queda para el sexo real. Desaparece el tiempo para hablar perezosamente, y acariciarse, y establecer juegos sensuales.

En la dimensión precaria, el tiempo tiene que ser invertido en la constante búsqueda de salario, en la incesante competición. La energía nerviosa está permanentemente invertida en la competición social, de modo que se gasta poca energía nerviosa en la amabilidad, en la lenta atención erótica, en elplacer. Una cultura post-sexual y una estética post-sexual están cobrando forma entre los millennials de todo el mundo. Un hombre joven llamado Ryan Hover escribe en su blog: Crecí con internet y ordenadores que moldeaban mi forma de ver el mundo y las relaciones. Soy considerado un “nativo digital” .La tecnología a menudo nos une, pero también ha separado a unas generaciones de otras. Intenta

llamar a un millennial por teléfono.  Pronto, las generaciones futuras habrán nacido en el mundo de la inteligencia artificial. Los niños entablarán relaciones íntimas reales con seres artificiales. Y en muchos casos, estos replicantes serán mejores que la gente real. Serán más inteligentes, más amables, más interesantes. ¿Buscarán 'los nativos de la inteligencia artificial' relaciones humanas? ¿Tendrán relaciones sexuales?

Es un texto irónico y agudo, ya que Ryan Hover ve las dos caras de la evolución en curso. La nueva generación de humanos está manteniendo relaciones íntimas con seres artificiales, y tienden a abandonar las ambiguas, angustiosas y, en ocasiones, brutales relaciones con hombres y mujeres. La sensibilidad de los humanos tiende a estrecharse en la medida en la que estos participan cada vez más de un contexto artificial. Cuanto más interactúen los humanos con los autómatas, más perderán su finura empática, su habilidad para detectar signos de ironía y de seducción, y su sensibilidad vibracional será reemplazada por la precisión conectiva.

Es un circuito que se retroalimenta. Cuantos más humanos crezcan solos y nerviosos, más humanos buscarán la compañía de unos androides menos interesantes emocionalmente. El sexo es parte del universo de la imprecisión, de la indeterminación, que no cumple con los requisitos de la perfección comunicativa. Aquellos que pasan la mayor parte de su tiempo en ambientes digitales sienten cada vez más que la carnalidad es peligrosa y embarazosa.

En junio de 2016 la revista Wired presentaba una encuesta sobre citas online: Cuando páginas web como Match.com aparecieron en escena, hacia 1995, ofrecían a los solteros una red1 de potenciales parejas2. Escogiste un rango de edad, claro, y pusiste unos requisitos de altura, de acuerdo, pero tus opciones se han expandido. Gracias al poder del “todo incluido” de Internet, estuviste deslizando el ratón de tu ordenador sobre góticos y triatletas y electricistas y trabajadores en bancos de inversiones y chefs, y de repente dejó de parecer una locura el hecho de empezar a intercambiar emails con alguien que es del equipo equivocado o incluso con alguien que vive al otro lado del país. Esta gente no fue contigo a la

Universidad, ni tampoco conocían a tus amigos (o a tu madre). Pero 20 años después, ese grupo de citas potenciales no se ha ampliado ni se ha hecho más profundo ha sido dividido en zonas estúpidamente específicas…

The League, para los no iniciados, es el club de campo cubierto de yedra de las apps de citas, diseñada para gente que es “demasiado popular”. Hay un riguroso proceso de selección “Nosotros hacemos todo el trabajo sucio por ti” que tiene en cuenta de qué centros proceden tus diplomas, el prestigio de tus títulos y, muy significativamente, tu influencia en los medios sociales. Dos meses después del lanzamiento de The League, en noviembre de 2014, la lista de espera era de 75.000 personas.

Seamos claros, esto no es bueno y no solamente porque el elitismo sea un aburrimiento. Las apps como The League van en contra de toda la promesa y la emoción de las citas online. The League es solo uno de tantos servicios que se dirigen a la multitud adinerada; también está Sparkology, Dating House y Luxury (“Tinder, pero sin gente pobre” no es broma). Lamás discriminatoria de todas, Raya, funciona únicamente por invitación básicamente, tienes que ser famoso y con un considerable número de seguidores en Instagram para ser invitado. Pero la especialización no es solamente para snobs. Existen apps para emparejar a gente basándose en la adecuación de los signos del zodíaco (Align), en la afinidad por la ciencia-ficción (Trek Passions), en hábitos alimenticios similares (Veggiemate) y en la afición por la marihuana (My420Mate). Tener intereses en común no es algo malo especialmente,

1 En el original el autor hace un juego de palabras: se refiere a la red comola weird wide web, de modo que sustituye lapalabra world (mundo), de las siglas WWW, por weird (rara).

2 Encontramos aquí, de nuevo, un juego de palabras de difícil traducción: significant (and insignificant) others. pongamos como ejemplo, si la identidad religiosa resulta importante para ti peroasegurarte de que todas tus parejas potenciales tengan barba (Bristlr) o midan al menos 1’90m (Tall People Meet) significa interactuar únicamente con el segmento de humanidad que creemos que nos va a gustar. Eso está mal y, además, no es efectivo, porque la verdad es que a la mayoría de nosotros se nos da bastante mal saber lo que o a quién , de hecho, queremos.

En lugar de buscar al otro, la gente que liga por internet busca, muy frecuentemente, un espejo. El narcisismo se encuentra con el rechazo de lo que no es familiar, de lo sorprendente. Jonathan Franzen describe el imaginario sexual de la generación online como una mezcla de hiper-sexualización y falta de erotismo: porno, hiper-estimulación y frigidez: Los chavales eran perennemente seductores y estaban perennemente insatisfechos en la misma medida en la que la cocaína era insatisfactoria: cada vez que no estaba puesto, la recordaba como algo fantástico e invencible, y tenía ansia de consumirla, pero en cuanto volvía a consumir se acordaba de que no era tan estupendo en absoluto, era algo estéril y vacío: neuromecánico, con sabor a muerte. Especialmente hoy en día, las chicas jóvenes eran hiperactivas a la hora de echar un polvo, dándose prisa en cualquier posición conocida por la especie, haciendo esto y lo otro, sus coños demasiado inoloros y bien afeitados incluso como para registrarse como partes del cuerpo humano (Freedom).

LA MUERTE ES UN DERECHO

Entre los incontables actos de violencia y de autoaniquilación leídos en la prensa, uno me ha golpeado particularmente: a finales de junio de 2016, en el área de Kyriat Arba, un joven palestino de diecisiete años, llamado Mohamed Nasser Tarayrah, apuñaló hasta la muerte a una chica judía de 13 años que estaba durmiendo en su cama, por lo que fue asesinado por un soldado israelí. Nada sorprendente: Kyriat Arba es un lugar donde las familias judías se asentaron ilegalmente tras desahuciar a las familias palestinas de sus casas, y Mohamed Tarayat creció en un entorno de humillación, miseria y rabia impotente. ¿Podríamos definir el acto de Mohamed Tarayat como un acto de terrorismo? Es más bien un acto de desesperación. En la precaria Intifada, sin un liderazgo político, que está explotando en Jerusalén, palestinos de todas las edades están cometiendo actos que no pueden ser explicados en términos políticos o militares: salen de sus casas con un cuchillo e intentan matar a un ciudadano israelí, generalmente sin éxito. Esas guerrillas armadas con cuchillos consiguen, casi siempre, un objetivo diferente: ser asesinados por soldados israelíes armados hasta los dientes. ¿Es esto una insurrección? Yo no lo diría. Una insurrección es una acción colectiva, un proceso que está basado en una solidaridad de larga duración y que, generalmente, tiene el objetivo de subvertir un régimen. En el caso de la intifada del cuchillo, tenemos acciones individuales, guerreros solitarios cuyas armas son claramente inadecuadas para cumplir cualquier objetivo militar. Está absolutamente claro que los jóvenes palestinos, estresados y angustiados por la miseria, la humillación y la violencia sistemática del Estado racista de Israel se están matando a sí mismos: suicido por policía. El joven Tarayrah, de hecho, antes de ir a matar a un niño explicó su gesto de una forma que no pudo ser más clara. Escribió en su perfil de Facebook una frase espantosa: “La muerte es un derecho, y yo pido ese derecho”. ¿Acaso necesitamos palabras más reveladoras que estas para entender el significado del llamado “terrorismo” que está desgarrando el tejido de la vida cotidiana en la sociedad contemporánea? El suicido es la única vía de escape de la humillación, del infierno de la miseria metropolitana, del infierno de la precariedad.

 

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