Presentación

PRESENTACIÓN

Tránsitos Intrusos se propone compartir una mirada que tiene la pretensión de traspasar las barreras que las instituciones, las organizaciones, los poderes y las personas constituyen para conservar su estatuto de invisibilidad, así como los sistemas conceptuales convencionales que dificultan la comprensión de la diversidad, l a complejidad y las transformaciones propias de las sociedades actuales.
En un tiempo en el que predomina la desestructuración, en el que coexisten distintos mundos sociales nacientes y declinantes, así como varios procesos de estructuración de distinto signo, este blog se entiende como un ámbito de reflexión sobre las sociedades del presente y su intersección con mi propia vida personal.
Los tránsitos entre las distintas realidades tienen la pretensión de constituir miradas intrusas que permitan el acceso a las dimensiones ocultas e invisibilizadas, para ser expuestas en el nuevo espacio desterritorializado que representa internet, definido como el sexto continente superpuesto a los convencionales.

Juan Irigoyen es hijo de Pedro y María Josefa. Ha sido activista en el movimiento estudiantil y militante político en los años de la transición, sociólogo profesional en los años ochenta y profesor de Sociología en la Universidad de Granada desde 1990.Desde el verano de 2017 se encuentra liberado del trabajo automatizado y evaluado, viviendo la vida pausadamente. Es observador permanente de los efectos del nuevo poder sobre las vidas de las personas. También es evaluador acreditado del poder en sus distintas facetas. Para facilitar estas actividades junta letras en este blog.

lunes, 10 de abril de 2023

DE LA DEMOCRACIA A LA CAPITALOCRACIA

 

La situación política en España a día de hoy es asfixiante. La desaparición completa del pensamiento remite a unas situaciones tragicómicas, pergeñadas por los operadores de los mercados audiovisuales y los expertos en comunicación política, que inventan unos guiones en los que la puerilidad alcanza una dimensión colosal. En ese ambiente, el deterioro radical de la izquierda, entregada al canibalismo y cultivando un extraño desvarío institucional que le priva de cualquier horizonte, todo termina en una gran ceremonia caníbal en la que se devoran los unos a los otros en espera de la sobrevivencia. La trivialidad alcanza el éxtasis en los videos de Ione Belarra o Yolanda Díaz, en los que se presentan según los cánones de las azafatas de congresos, eludiendo cualquier contenido sólido.

En este clima, lo que está ocurriendo en Francia o Chile, se lee según las necesidades tácticas de cada cual, que nutren los argumentarios dirigidos a los feligreses de cada bando. Esta es la razón por la que, en los últimos meses, me fugo de la tontocracia española en busca de discursos que estimulen mi reflexión y me reconcilien con la realidad vivida. Tener que soportar los informativos y tertulias, con sus interminables confrontaciones de datos, que consiguen invisibilizar los procesos históricos en curso, es insufrible. Se puede sintetizar lo que ocurre según la fórmula de tránsito de un “capitalismo del bienestar”, que propició la extensión de las clases medias y mejoró las condiciones de todas las clases sociales, a un capitalismo que puede sintetizarse en la fórmula de David Harvey de “acumulación por desposesión”, que representa un movimiento inverso que acentúa las desigualdades y fortifica las barreras entre las clases sociales.

En esta entrada presento un texto radicalmente esclarecedor, del filósofo japonés Jun Fujita Hirose, publicado en la revista virtual “El Lobo Suelto”. Desde la perspectiva de la izquierda española, sumida en una agonía teórica e intelectual inquietante, los conceptos de este artículo resultan convincentes y han significado un reajuste de mi propio esquema personal. En el mismo comenta un libro de Oscar Ariel Cabezas, refiriéndose a la actual situación en Chile, que presenta algunas analogías con la española, pero con la diferencia esencial de que allí han cristalizado interpretaciones alternativas acerca del proceso de recuperación de la democracia tras la dictadura de Pinochet. En el caso español, los discursos sobre la transición, el postfranquismo y la evolución de la democracia son abrumadoramente homogéneos.

En particular, cabe resaltar el concepto de “capitalocracia”, que significa una metafísica que niega la materialidad de los cuerpos. Así, en tanto que tiene lugar un proceso de desplazamiento de las clases subalternas, se impulsa una estratificación social imaginaria en la que distintas poblaciones asumen su posición de clase media entendida como una disposición subjetiva que no se corresponden con las condiciones de un estrato social objetivo. Este espejismo de la subjetividad se corresponde con la reconversión de la política en pura oratoria, la democracia en espectáculo electoral y la izquierda en una cultura.

De este modo, Fujita Hirose plantea la relación conflictiva entre lo que denomina como “objetividad corporal”, que se corresponde con la posición social objetiva, que en no pocas poblaciones genera varias vulnerabilidades, y la disposición subjetiva de clase media, derivada de la lógica de los aparatos de control social. Me ha parecido especialmente lúcida la propuesta de “desterritorializarse de lo mayoritario”, es decir, de esa disposición subjetiva inducida por los aparatos del mercado y las instituciones del bienestar social del capitalismo semiológico. Y también territorializarse en una subjetividad anclada en la física corporal inseparable de la posición social, que en este tiempo de capitalismo de desposesión es líquida, móvil y pantanosa.

Termino esta presentación reseñando un concepto referido a la acción política de la izquierda, que el autor define como “establecernos en un campo de batalla metafísica”. Esto es lo que unifica a Podemos, Más País, IU o la maga Yolanda: la creencia trivial que desde el gobierno se pueden invertir las tendencias sociales en un luminoso país de las maravillas. Mientras tanto avanza la precarización, la psicologización, la medicalización, la individuación desbocada y la debilitación del tejido social, al tiempo que los mercados imponen como bienes de lujo las viviendas, las carreras profesionales, la asistencia médica y otros bienes que hasta ahora estaban sujetos a contrapesos.

Recurriendo a la afirmación de Antonio Machado de “La verdad es lo que es y sigue siendo verdad aunque se piense al revés” me despido de tan distinguidos ciudadanos de la clase media, o de la clase media trabajadora, como le gusta decir a Pedro Sánchez, El Supremo. Buena lectura

 

 

¡Quousque tandem! La indignación que viene

// Jun Fujita Hirose

Publicada en 4 de abril de 2023

“¡Quousque tandem!”, gritan los cuerpos indignados ante el triunfo del Rechazo a la propuesta de Constitución Política de la República de Chile con más del 60% de los votos en el plebiscito del 4 de septiembre de 2022. En el nuevo libro de Óscar Ariel Cabezas, ese grito aparece también con puntos de interrogación (“¿hasta cuándo?”) y recibe una doble respuesta complementaria. Por un lado, un grafiti de la revuelta social del 18 de octubre de 2019 dice: “Hasta que la dignidad se haga costumbre”. Por otro, una alusión a la famosa frase de Louis Althusser dice: hasta que suene la “hora solitaria de la determinación en última instancia”. La “costumbre de la dignidad” solo se produce en la última de las instancias determinantes de la sociedad.

 

A las tres décadas a las cuales se refirió una de las consignas más relevantes de la revuelta del 18-O (“No son 30 pesos, son 30 años”), Cabezas las llama “capitalocracia”. La denominada “transición democrática”, dice el autor, “no es otra cosa que la mutación del genocidio perpetrado por la Junta Militar en una dictadura del mercado y las transnacionales con movilidad planetaria”. Si la dictadura pinochetista consistía en organizar la desaparición física de todos los cuerpos disidentes, la capitalocrática se basa en una “metafísica” generalizada, es decir, en una negación general de la “materialidad de los cuerpos”. 

 

Según Cabezas, esa negación es doble: la capitalocracia niega la realidad física de los cuerpos existentes, al mismo tiempo que conduce a la población a la misma negación. De la primera negación resulta no solo la destrucción de los cuerpos en la explotación, el saqueo y el despojo, sino también el hecho de que las actuales instituciones de bienestar social son “órganos sin cuerpo” del capital. La segunda opera por medio de la producción de la “clase media” como “disposición subjetiva” y no como estrato social objetivo. La subjetividad clasemediera separa a los sujetos de su existencia corporal: la vida se enfunda en las “vitrinas del consumo o de sus deudas”; la “pluralidad de mundos que coexisten en Chile” se traduce en un “multiculturalismo”, es decir, en una “pluralidad liberal basada en la diversidad que administra el mercado capitalista”; la lucha de clases se transpone al “odio neofascista”; la política se convierte en un “arte de la retórica”; la democracia se reduce al “espectáculo electoral”; la izquierda se vuelve una “cultura” en el mejor de los casos, etcétera.

 

En la revuelta del 18-O, “Chile despertó” de esa subjetividad metafísica y de su conjunto de “simulacros”. Los cuerpos, desalojados hasta entonces de todo el campo social, de repente emergieron y manifestaron su presencia objetiva. La “objetividad” corporal se revolvió contra la disposición subjetiva clasemediera. A propósito de ese “despertar de los cuerpos”, Cabezas habla del “devenir minoritario” de los sujetos. ¿En qué sentido? En el sentido de que la “agitación y la respiración apasionada de los cuerpos” condujeron a los sujetos a desterritorializarse de “lo mayoritario” que es la clase media como subjetividad, y reterritorializarse sobre una “subjetividad alternativa”, la cual los ancla en la física corporal y se propaga por “contagio” afectivo.

 

La “vida indigna” bajo el régimen capitalocrático significa la deposición total de la “multiplicidad de los cuerpos”. La “indignación” es la de los cuerpos y de su pluralidad de mundos de vida. El hacerse costumbre de la dignidad consiste en socializar la “ontología” de los cuerpos al machacar las vitrinas metafísicas interpuestas por la capitalocracia entre los sujetos y su “coexistencia” corporal.

 

Tras la derrota plebiscitaria de la nueva carta magna paritaria y plurinacional, el presidente Gabriel Boric dijo: “Este 4 de septiembre la democracia chilena sale más robusta”. Habría dicho lo mismo ante el resultado opuesto. “En el arte de la oratoria capitalocrática no hay vencedores ni vencidos”, comenta Cabezas. En la capitalocracia, ni el voto ni el discurso presidencial son capaces de definir la “verdad de la política”, precisamente porque son instancias metafísicas flotantes, sin fundamento físico. Sabemos que los teóricos del populismo de izquierda nos proponen que nos establezcamos en el campo de batalla metafísico y desarrollemos nuestras luchas por medio de la producción de significantes. Sin embargo, las experiencias de la revuelta del 18-O (y de las luchas de lxs estudiantes secundarixs del siglo XXI) demuestran, según Cabezas, que existe bien una instancia física, más allá de todas las instancias constitutivas de la metafísica capitalocrática. Esa “última instancia” es la de los cuerpos indignados y rebeldes o de la “animalidad política” que éstos despiertan en los sujetos.

 

El alcance del libro no se limita para nada a la situación chilena. Los análisis del autor sobre la historia contemporánea chilena nos pueden animar, por ejemplo, a establecer un cierto paralelismo con la de España, paralelismo entre la Constitución del 80 y el “régimen del 78”, entre la Concertación y el PSOE, entre el 18-O y el 15M, entre Boric y Podemos, etcétera. En cuanto a la definición dada en el libro a la revuelta del 18-O, revuelta desarrollada con la imagen de un “Allende queer”, como la “segunda reinvención del acontecimiento de la dignidad después de que Allende y la UP [Unidad Popular] intentaran hacer de Chile un país de gente digna”, ella puede dirigir nuestros ojos hacia la situación iraní actual, por ejemplo, en la cual un proceso revolucionario, interrumpido hace más de cuarenta años por Jomeiní y los islámicos con represión sangrienta, se ha vuelto a poner en marcha con las mujeres y los kurdos a la vanguardia. 

 

¡Quousque tandem! La indignación que viene | Oscar Ariel Cabezas

Qual Quelle, Santiago de Chile, 2022)

 

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