Presentación

PRESENTACIÓN

Tránsitos Intrusos se propone compartir una mirada que tiene la pretensión de traspasar las barreras que las instituciones, las organizaciones, los poderes y las personas constituyen para conservar su estatuto de invisibilidad, así como los sistemas conceptuales convencionales que dificultan la comprensión de la diversidad, l a complejidad y las transformaciones propias de las sociedades actuales.
En un tiempo en el que predomina la desestructuración, en el que coexisten distintos mundos sociales nacientes y declinantes, así como varios procesos de estructuración de distinto signo, este blog se entiende como un ámbito de reflexión sobre las sociedades del presente y su intersección con mi propia vida personal.
Los tránsitos entre las distintas realidades tienen la pretensión de constituir miradas intrusas que permitan el acceso a las dimensiones ocultas e invisibilizadas, para ser expuestas en el nuevo espacio desterritorializado que representa internet, definido como el sexto continente superpuesto a los convencionales.

Juan Irigoyen es hijo de Pedro y María Josefa. Ha sido activista en el movimiento estudiantil y militante político en los años de la transición, sociólogo profesional en los años ochenta y profesor de Sociología en la Universidad de Granada desde 1990.Desde el verano de 2017 se encuentra liberado del trabajo automatizado y evaluado, viviendo la vida pausadamente. Es observador permanente de los efectos del nuevo poder sobre las vidas de las personas. También es evaluador acreditado del poder en sus distintas facetas. Para facilitar estas actividades junta letras en este blog.

jueves, 27 de enero de 2022

REFORMA LABORAL, UNIVERSIDAD Y COGNITARIADO

 


Una gran parte de mi vida he sido profesor universitario. En mis años de desempeño como tal, he sido testigo de situaciones inverosímiles con respecto a la producción de los currículums de los aspirantes, los métodos de selección para la adjudicación de las plazas y las formas de operar de la burocracia universitaria. En esos largos años pude vivir en primera persona la transformación de la universidad, en la que se ejecutó una reforma fundada en una variante creativa de la doctrina del shock. He contemplado verdaderas cazas de bujas académicas entre clanes; actos de crueldad con los desamparados; una creatividad encomiable para manipular las normativas; actuaciones que hacen del nepotismo una obra de arte y otras manifestaciones de lo insólito. El resultado es la conformación de un cierre integral y perfecto al exterior, que ampara un proceso de subjetivación que asemeja a los docentes/investigadores a una orden de clausura. En este mundo, el secreto termina siendo el factor sobre el que se funda la cohesión, así como el principio organizador que articula una cultura organizacional.

La nueva universidad ha sido diseñada según la función de servir a los requerimientos del capitalismo cognitivo. Es, entonces, una factoría del cognitariado sobre el que se sustenta la producción inmaterial. El capitalismo académico conforma el umbral de entrada al mercado de trabajo definido por la dualización, la barrera infranqueable entre las élites académicas y los grandes contingentes de aprendices-aspirantes que rota por el espacio académico global en busca de acreditaciones. Mis años en Granada me proporcionaron un mirador privilegiado de este tránsito. La espesa red de titulaciones de tercer grado soporta los flujos de compradores de créditos, que colaboran obligatoriamente sustentando proyectos de investigación.

El doctorado es la sección más relevante de esta factoría. En este nivel, cada aspirante es esculpido en la santa virtud de la paciencia. Tiene que experimentar un aprendizaje del arte de ubicarse como subalterno a la red de investigadores principales. Las relaciones en estos procesos se asemejan a los moldes establecidos en el feudalismo. Cada uno tiene que aprender efectivamente a someterse al guion establecido. La esperanza final que motiva a estos novicios es la de ser ascendidos a los cielos de una plaza confortable y prometedora. Así, pueden escapar de la jungla de contrataciones inestables en las que el futuro depende de una combinación entre la condescendencia benevolente de los decisores y el azar. He visto la proliferación insólita de múltiples actos de vasallaje.

De este modo se conforma un próspero mercado que se sustenta en la existencia de un verdadero ejército de reserva formado por los aspirantes que se concentran principalmente en los doctorados. En estas condiciones se hace factible comprender los itinerarios de los neófitos, que pueden desempeñarse durante largos años sometidos a formas de contratación que los precarizan severamente. Esta situación es soportable en tanto el subalterno mantenga la esperanza de un desenlace final feliz. Pero la verdad es que se impone la pauta fatal de “muchos son los llamados y pocos los elegidos”.

Desde esta perspectiva se puede comprender el efecto de la Reforma Laboral en curso sobre la universidad y la producción inmaterial. Resulta que la CRUE (Conferencia de Rectores), advierte que el sistema Ciencia-Tecnología-Innovación puede verse afectado negativamente al suprimir el contrato por obra y servicio. Este significa efectivamente el agujero negro sobre el que se hace factible explotar una mano de obra barata que sustente los proyectos de investigación. Esta se sostiene sobre unos costes bajos, que es el requisito para su continuidad. El argumento subyacente en el texto de los rectores apunta a la temporalidad de los proyectos de investigación. Estos necesitan de mano de obra cualificada que concluye con el fin del proyecto. Así, la investigación se homologa con la hostelería, la producción agrícola y otras actividades productivas definidas por su estacionalidad.

En el modelo vigente, muchos investigadores adquieren el estatuto de temporeros del conocimiento. Así, tienen que rotar en distintos proyectos. El óptimo de una carrera profesional basada en este modelo supone el encadenamiento de contratos, que supone una competencia intensa entre los candidatos. La condición esencial de la precariedad es precisamente la rotación y la movilidad. Un sujeto precarizado tiene que dotarse de la competencia de moverse en el espacio global de la investigación, lo que le puede reportar nuevos contratos temporales. Si la secuencia de contratos se rompe, el riesgo de ser expulsado del sistema es patente. El mercado de la producción inmaterial se basa precisamente en la indefensión aprendida de los candidatos aspirantes.

El comunicado de la CRUE evidencia la resistencia al cambio con la que se va a encontrar esta piadosa reforma. Las Universidades desarrollan modelos de funcionamiento semejantes a las Iglesias. La CRUE, como Sínodo de Directores Académicos, domina el arte de la advertencia sutil. Sus comunicaciones, expresadas en términos moldeados por la santa prudencia, anuncian una tormenta de grandes dimensiones. La precariedad matrimoniada con la pluralidad de formas de contratación, constituyen el fundamento de los procesos de producción de conocimiento en el capitalismo académico y cognitivo. Los rectores devienen en un grupo de presión que actúa a favor de mantener el equilibrio existente.

Concluyo con un texto a propósito de este asunto de CCOO de la Universidad de Granada. Este tiene la virtud de exponer con claridad la cuestión. Pero en un medio definido por el grado cero de transparencia, como es el de la universidad y el mercado de la producción inmaterial, la reforma laboral abre una batalla oculta, en la que las élites académicas tratarán de encontrar una forma de aplicar la ley que sea capaz de neutralizarla. Este campo social se va a activar considerablemente los próximos meses. Los poderes académicos han mostrado su capacidad de vaciar las normativas y aplicarlas de forma contraria a sus finalidades. Seguiré este proceso que se abre con este comunicado.

Este es el texto de CCOO. Sin desperdicio para una doble lectura

 

CCOO INFORMA

 

¿SUPONE LA REFORMA LABORAL UN PELIGRO

PARA EL PERSONAL INVESTIGADOR
Y EL LLAMADO PERSONAL DE CAPÍTULO VI?

 

CCOO señala el elevado fraude de ley existente en la contratación del personal del sistema de ciencia e investigación, su precariedad y temporalidad, y la oportunidad que supone la reforma laboral para acabar con una situación que afecta negativamente tanto a las carreras profesionales de estas personas como al conjunto de la investigación española.



La Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) advirtió hace unos días en una nota de prensa de los “impactos negativos que la reforma laboral podría ocasionar en el ámbito de la investigación”.

Pese a encabezar el comunicado con una declaración formal a favor de “dignificar la carrera investigadora”, señalaban como punto crítico la desaparición del contrato por obra o servicio “al no incluir una alternativa de contratación que dé respuesta a las necesidades el Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación”.

Afirma la CRUE que el contrato de obra o servicio es de “frecuente utilización en las áreas de la investigación y la transferencia del conocimiento”, porque los proyectos científicos se desarrollan mayoritariamente en un contexto internacional muy competitivo y de carácter temporal.

Sin embargo, olvida la CRUE que la mayor parte de los contratos de obra o servicio en las universidades se realizan a los mismos investigadores e investigadoras, al mismo personal técnico, en diferentes proyectos de investigación que se van encadenando, lo que constituye un fraude de ley, como han reconocido ya numerosas sentencias.

Un proyecto de investigación no debe identificarse como una obra o servicio determinada. Hacerlo así produce concatenación ilegal de contratos, que da lugar a reclamaciones judiciales; períodos de paro entre contratos para evitar las concatenaciones; pérdida de personal capacitado por la falta de perspectivas y estabilidad; etc.

La CRUE debería plantearse la reforma laboral como una oportunidad para acabar con la temporalidad y dignificar la carrera investigadora, apostando por la contratación indefinida, superando viejos esquemas que han condenado a investigadores e investigadoras a una precariedad insoportable.

Igualmente debería ser una oportunidad para reforzar la estructura de apoyo a la investigación, acabando con la precariedad de parte del personal técnico y de gestión.

Para CCOO, lo que sería una disfunción es pretender mantener la temporalidad y la precariedad en el Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación porque está demostrado que la temporalidad y la precariedad afectan negativamente a la carrera del personal investigador y al propio sistema de la investigación española.

1 comentario:

Juan M. Luque dijo...

Rectores tiene La Iglesia. Brillante como siempre Juan (y en un lodazal de oscuridad). Un abrazo amigo.