lunes, 3 de abril de 2023

TRECE BODAS, UN FUNERAL Y EL ETERNO RETORNO DE OLSON

 

El acto de presentación de la candidatura de Yolanda Díaz ayer en Madrid ha constituido un acontecimiento semiológico-político de primer orden. La presidenta de su propio espacio político, avalada por el PSOE y su constelación de medios de comunicación, compareció ante los enardecidos congregados movilizando las emociones de estos, en un espectáculo que ofreció un variado repertorio de lenguajes visuales y catálogos de gestos, que contrastaban con un discurso político manifiestamente parco y convencional. En este sentido, este fue un acto muy representativo de la videopolítica vigente, en el que la puesta en escena se sobrepone a los discursos, que comparecen en términos inequívocamente líquidos, según el enunciado de Bauman.

No me voy a tomar muy en serio el análisis del acontecimiento, porque las contradicciones en el ecosistema de la izquierda en el gobierno alcanzan tal magnitud, que nadie con cierto sentido puede tratar de interpretarlas racionalmente. Por poner un ejemplo, la lideresa ya se presentó públicamente en Madrid en el Matadero, prohibiendo públicamente acudir a los líderes de los partidos contiguos. Ahora se presenta como el cemento que aglutina a trece partidos, dispuestos entusiásticamente a embarcarse en la nueva arca de Noé, ahora tripulada por Yolanda.

Ha sido inevitable recordar la magnífica película de Mike Newell “Cuatro bodas y un funeral”, en tanto que allí comparecían trece candidatos, bien a casarse en primeras nupcias, o a renovar los matrimonios tan felices materializados los últimos tres años. Así que el acto adquirió la forma de una gozosa boda, en el que lo más importante fueron los encuentros de la prolífica novia con los más acaudalados pretendientes. Los realizadores de las teles estuvieron a la altura capturando las imágenes y los primeros planos de los saludos y los abrazos. La novia desplegó su repertorio gestual habitual, no defraudando a nadie.

Las trece bodas no encubrieron, sino al contrario, el funeral de Podemos, que tuvo lugar desde el mismo lema de las bodas múltiples: Todo empieza ahora. Este significa la presentación de la lideresa borrando su propio pasado. En un acto prodigioso proclamaba su autogénesis, borrando sus huellas dactilares en el pasado. Así, Podemos, todavía presente en el gobierno mediante varios ministros, adquiere un perfil manifiestamente zombi. De este modo el acto adquiría una naturaleza prodigiosa, en el que tenía lugar una creación y una transubstanciación. Fue inevitable establecer un vínculo con los prodigiosos evangelistas de los actos del PP.

Este aspecto de prestidigitación se maximizó con la intervención de un joven, cuya actuación alcanzó un éxtasis comunicacional, en tanto que hablaba en nombre de un referente político inexistente. La única alternativa era emocionarse, en tanto que el orador remitía a la imaginación de un sujeto político desaparecido. Pero que él mismo era capaz de invocar haciéndolo visible para la imaginación de los movilizados por la magia de sus palabras y de su imagen. El ilusionismo se apoderaba de la audiencia y catalizaba sus nostalgias de cuando fueron jóvenes contestatarios en distintos tiempos.

Este planteamiento elude cualquier argumento programático o estratégico. Los no asistentes, caracterizados por la antológica Mónica García como “pesimistas”, adquieren así la condición de malditos, en tanto que aguafiestas del acto eucarístico de la unidad de la izquierda, obviando la cuestión de la definición de la situación, las líneas estratégicas o los contenidos programáticos. Así, los de Podemos son, en rigor, objeto de conjura y descalificación. En este contexto, las palabras de la poliamorosa novia, dirigidas a Iglesias “las mujeres no somos de nadie…..no queremos ser tuteladas”, adquieren una significación que se aproxima a una condena judicial hermética.

Trece bodas simultáneas, un funeral que conducen inequívocamente al eterno retorno de Mancur Olson. Este economista que publicó en 1964 “La lógica de la acción colectiva”, un libro que ha representado en mi propia biografía varios retornos, en tanto que proporciona varias claves de explicación de acontecimientos indescifrables desde otras perspectivas. La congregación de las trece tribus de la izquierda política significa tiene una explicación olsoniana. Resulta que los bienes públicos por los que laboran se especifican en carteras ministeriales o de consejeros en autonomías, escaños, asesorías, fundaciones, empresas públicas y otros semejantes. Este es el patrimonio que ofrece la novia, sustentada en los magos de la opinión pública de las nebulosas encuestas.

Así, todos acuden reclamando su cuota de lugares en los que asentarse, esperando la generosidad de Doña Yolanda en el reparto. Su afirmación de que “es preciso dialogar, y dialogar más con quien no esté de acuerdo”, se va a especificar de forma dramática en el futuro inmediato, cuando las bodas y los viajes de novios concluyan y aparezcan las listas. En su inteligente interpretación de la acción colectiva, Olson plantea el problema de la acción colectiva en términos que atribuye el protagonismo a cada individuo, así como la espinosa cuestión de la relación existente entre la aportación de cada uno y los beneficios que recibe. En este proceso comparecen los free rider o gorrones, que se apropian de beneficios que exceden su contribución.

No quiero ni imaginar la situación de reparto de varias clases de sillones. Porque es evidente que estos siempre serán muy inferiores, en cualesquiera de los casos, al de los aspirantes. Los antecedentes en Andalucía fueron concluyentes. Todos juntos obtuvieron menos escaños que un Vox menguante, y aún y así, no colaboran entre ellos y se mantienen escindidos en tres partes, reinventando la miniaturización parlamentaria. Los antecedentes de las municipales a día de hoy son concluyentes. Cada grupo juega a maximizar sus intereses, aún a costa de eliminar a sus rivales. El atormentado viaje de los sucesores de Carmena en el Ayuntamiento de Madrid ilustra acerca de las tácticas autodestructivas de los competidores y del desplazamiento de los fines, en tanto que lo decisivo no es la materialización de un programa, sino la conservación y ampliación del poder institucional.

Los partidos políticos presentes en el insigne acto de los enlaces matrimoniales múltiples no son partidos en rigor, dotados de dirección y organización estable, sino redes de personas unidas por su vocación de instalarse en las instituciones. En un ambiente así, se producen comportamientos institucionalmente perversos, tales y como la reversión del poder de los pequeños, que exigen cuotas de bienes públicos muy superiores a su aportación basados en el poder que les otorga su condición de bisagras. Si los grandes depredadores son temibles, los pequeños pueden estar representados por las pirañas en cuanto a su voracidad. De nuevo se puede recurrir al Ayuntamiento de Madrid para comprender las lógicas de la acción de las distintas fracciones en competencia.

Por estas razones, si lo que fue representado ayer fueron varias bodas simultáneas no quiero pensar en las desavenencias y los divorcios previsibles. El prodigioso acto de ayer remite a la ficción política. El futuro es bastante crudo, aún para la izquierda festiva imaginaria, en tanto que las elecciones autonómicas y municipales pueden ser demoledoras. En los últimos días les he contado a mis próximos, que lo mejor que podía haber hecho Díaz es anunciar el sorteo de un escaño seguro allí. Esto habría suscitado, paradójicamente, menos desavenencias que cualquier otra forma de reparto.

 

 

 

1 comentario:

  1. He leído con interés las tres últimas entradas del blog de Juan Irigoyen que, por otra parte, se complementan. Estamos asistiendo a la representación a cago de de Yolanda Díaz, de la enésima operación transformista de la izquierda reformista española, diría que camaleónica, una operación a mi juicio "pilotada" por Izquierda Unida que tiene muchas cuentas pendientes con Podemos(Juna I. habla del astuto Garzón, por otra parte un personaje gris, genuino producto de la coalición y también de su antecesor el PCE . Al hundimiento de Podemos, como dice el autor, contribuyeron en gran medida las incesantes luchas intestinas y el hecho de que no hayan "metabolizado" correctamente el éxito en las urnas. No creo que haya región española donde no anden a la greña. Lamentable! ¿Qué decir del proyecto aglutinador e "ilusionante" capitaneado por Yolanda Díaz que no haya dicho Juan I.? Un programa que aspira a "transformar la vida de la gente haciendo política con mayúsculas"???.El programa de la candidata que quiere ser la primera mujer presidenta de un gobierno en España se reduce a enviar besos, prodigar ternura desde el púlpito y poco más. La vacuidad más absoluta. Mientras grandes franjas de la población de este país lo están pasando francamente mal y siguen sin sentirse representados por toda esta tropa de trepas, me refiero a los que apoyan el gobierno más progresista de la historia de España. Un saludo,
    Cristina.

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