miércoles, 10 de octubre de 2018

EL ARTE DEL SILENCIAMIENTO EN EL AULA


Esta es la intervención de un profesor en el primer día de clase. La finalidad es la regulación de la palabra y la conversación en el aula, con la intención de reforzar el orden académico. Pero, tras el discurso aparentemente democrático, se oculta el verdadero propósito. Este es un textillo de crítica a la nueva sociedad de control, que encuentra en la opinión pública una forma eficaz de minimizar las voces disonantes en el conjunto de la sociedad. Las encuestas son el instrumento esencial, siendo su auténtico designio la imposición de un silenciamiento efectivo. Hacer hablar a todos para acallar a los discordantes. En el ámbito micro del aula se puede visibilizar la naturaleza de este eficaz mecanismo de uniformización y control.

Esta es la intervención del profesor en el primer día de clase

La educación se ha transformado radicalmente. Ahora lo importante es el aprendizaje de los alumnos. Este exige su participación para asegurar un feedback que resulta imprescindible. Las opiniones de los estudiantes es lo realmente importante.
Pero mi experiencia anterior me indica que, si la participación en la clase se deja abierta a la espontaneidad, es inevitable la conformación de una minoría que acapara la palabra e interviene siempre en detrimento de la mayoría que guarda silencio. Así se genera una distorsión, en tanto que las opiniones de los que participan no representan a la mayoría. Mi intención es corregir esta situación mediante la adopción de un método que asegure la igualdad en el uso de la palabra.

Estas son las normas que cumpliremos para alcanzarla máxima eficacia y democracia en el aula:
-         La participación de los estudiantes en los debates es obligatoria.
-         Esta se realizará por escrito, lo que representa un momento de reflexión individual de cada uno, sin influencia de los demás.
-         La frecuencia será semanal.
-         Los contenidos se referirán a preguntas con respuesta cerrada, de modo que podamos comparar y homologar las respuestas, evitando la dispersión.
-         Las preguntas las hago yo.
-         Los resultados se harán públicos y se compararán, conformando un panel de opinión.


Así se evitará que la influencia de aquellos que monopolizan la palabra en un sistema de espontaneidad y cada cual será libre para opinar sin influencias.

­_ Un estudiante: ¿Entonces no se puede intervenir en la clase?
 
No es que no se pueda intervenir. Pero Como va a funcionar un sistema eficaz de feedback, cuyas conclusiones van a estar disponibles para todos, no es necesario recurrir a las preguntas, que dispersan las clases y generan confusión en los que no toman la voz.

_ Estudiante: Pero, en muchos casos, se interviene en la clase para expresar otros enfoques o informaciones, no solo para preguntar.

Esto es precisamente lo que este sistema igualitario y democrático trata de evitar. Porque muchas veces los estudiantes expresan sus propios fantasmas personales y se genera confusión y un clima de cierto desbarajuste. Este método estimula la producción de todo el grupo, sin imposiciones de ninguna minoría.

_ Estudiante: Pero, entonces, la imposición es suya…

No, mi único interés es asegurar el funcionamiento óptimo del grupo y obtener una retroalimentación. Lo que realmente representa este método es el empoderamiento de la totalidad de los estudiantes. Mi trabajo consiste en responder a las demandas de la mayoría y facilitar vuestro empoderamiento como personas con voz.

_ Otro estudiante: No lo veo claro, porque si se suprime la posibilidad de hablar entre nosotros y las preguntas las hace usted…Eso parece casi una dictadura

Por favor… eso es precisamente lo que trato de evitar, se trata de poner orden y asegurar los derechos de los que no hablan. Es patético que utilices la palabra dictadura. Mi generación sí sabe lo que es eso…No tenéis ni idea…Vuestra vida es fácil

_Estudiante: ¿Se puede sugerir otro sistema de participación?

Me preocupa lo conservadores que sois. Vivimos tiempos de innovación y cambio. No tenéis que tenerles miedo. Parecéis abuelos. Es muy importante experimentar y estar abiertos a las cosas nuevas. Lo importante es que todos hablen. Esta es una sociedad en la que votar es lo más importante. Os doy la posibilidad de votar en cada pregunta que os formule.

¿Alguien quiere decir alguna cosa más?

_Otro estudiante: Pero si queremos criticar algo ¿cómo lo podemos hacer?

En las respuestas a las preguntas existen opciones de respuesta que representan la crítica. En esto no hay problema.

¿Algo más?

Pues la próxima semana comenzamos. Es importante recalcar que la participación es obligatoria. El incumplimiento del cuestionario tiene que ser justificado. Este representa un diez por ciento de la nota final.

El aula es una situación social en la que el profesor detenta el monopolio de la palabra. La participación de los estudiantes se restringe a la formulación de preguntas. Cuando quieren intervenir levantan la mano para esperar que el profesor les conceda el turno. Este orden autoritario tiene efectos demoledores en algunos estudiantes, en tanto que mina progresivamente su pretensión de discutir. La comunicación resulta así monocorde y monótona. Cuando algún alumno formula preguntas o ideas incisivas es reconducido al hilo general. Se practican distintas formas de disuasión, algunas manifiestamente sofisticadas.

En los últimos años, el advenimiento de la reforma de Bolonia ha modificado la situación. Ahora se estimula la participación mediante la solicitud de opiniones. El resultado es un proceso de trivialización y dispersión monumental. Sobre el aula se sobrepone la gran creación de la época, que resulta del plató de televisión, donde concurren dos especies singulares: los expertos y los tertulianos. Así en el aula se produce una situación similar, en la que los expertos-profesores se desempeñan con el simulacro de los tertulianos, que son interpelados para que hablen sobre una diversidad de temas sin límite. 

El lema de la universidad postmoderna en ciencias humanas y sociales remite al “Hablad, hablad malditos”. Lo importante es la simulación de la tertulia, en la que el tedio institucional sea aliviado estimulando la expresión. En grupos de muchos estudiantes y en un sistema de fraccionamiento en múltiples asignaturas, sus efectos son letales. El profesor-animador-estimulador convoca a un juego en el que el aprendizaje se encuentra excluido, pero en el que la evaluación depende del comportamiento de cada uno en la clase-tertulia. Así se acredita como un eficaz controlador  y conductor psi.

Esta nueva situación del aula implica un aislamiento infranqueable para los estudiantes que quieran exponer ideas críticas. Sus intervenciones son inscritas en una competencia intermitente de egos que solo pretende clasificarlos en un listado jerarquizado que mañana se renovará de nuevo. En esta nueva sociedad de control se ubica el mecanismo de la transformación del aula en una muestra de una encuesta. Es una de las formas en las que imagino el futuro.

Este silenciamiento en el aula es el prerrequisito para el elegante enmudecimiento –en lo que se refiere a lo político, económico y social- en lo que se llama “producción científica”. Sobre esta base de silenciamientos acumulados se constituye el silencio efectivo de la institución universitaria, encerrada en sí misma en una posición confortable que permite a sus miembros intercambiar con los distintos poderes. Para hacer eficaz este ocultamiento es menester convertir en un arte la neutralización de los críticos desde la misma aula. La encuesta en una de las posibilidades.



2 comentarios:

  1. Gracias por su reflexión, de la que, como bien dice, se pueden extraer muchos paralelismos. Ahora nos toca reflexionar a los alumnos y hacer oir nuestra voz, contrarrestando el silenciamiento. No es sencillo, pero com alguien decía, las cosas que pueden cambiar , no van a cambiar solas.

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  2. Gracias por el comentario. El término libreoyente remite a un pasado en el que la persona comparece en el aula conservando su competencia de seleccionar e incorporar lo que considere. Hoy esto no es posible. Ya no hay libres oyentes. Cada uno es obligado a realizar un conjunto de pruebas obligatorias que tienen como finalidad someter al estudiante a un tiempo largo y compararse con los demás mediante promedios.
    En este caso, la realidad ha cambiado, pero negativamente. Cualquier cambio tiene que conducir a revertir la situación y recuperar la condición de "libre y oyente".

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