sábado, 8 de junio de 2019

LA PATRAÑA DEL PACIENTE INFORMADO


En Le Monde Diplomatique del mes de mayo, aparece un texto escrito por Sophie Eustache, en el que desvela el próspero negocio organizado en Francia a propósito de “la paciente informada”. En los últimos años, la intensificación de la reforma sanitaria neoliberal, comporta un conjunto de renovadas estrategias fundadas en la nueva gubernamentalidad, en las que el paciente es considerado como una entidad activa que es preciso reconquistar. Así, en el espacio público asociado a la esfera de la salud, comparecen distintas iniciativas que pretenden establecer relaciones con los pacientes, con la finalidad de convertirlos en los sujetos activos requeridos por un mercado tan singular como el sanitario.

Estas nuevas estrategias son leídas en España, desde el interior del sistema sanitario como el advenimiento de una democratización en las instituciones que regulan las relaciones entre profesionales y pacientes. Los nuevos discursos son asumidos por los profesionales, así como por la mayor parte de la izquierda sanitaria, interpretándolos como un salto en el progreso sin fin de la institución. Así se conforma el neoliberalismo progresista que domina los discursos en los foros y congresos profesionales en este tiempo.

Pero estas estrategias del paciente informado, el paciente experto y otras piadosas formulaciones carecen de verosimilitud. Se trata de un episodio de la recuperación de los pacientes como un vector imprescindible para el crecimiento de un mercado de bienes inmateriales, cuya compra requiere la colaboración activa de los clientes. He vivido en primera persona la llegada a los foros del sistema público de estas entelequias conceptuales. La aceptación acrítica de las mismas por parte de profesionales progresistas alcanza la condición de lo patético en la mayoría de los casos. La mitología de la telemedicina adquiere la condición de milagrería tecnológica extensiva. En el texto de Eustache se analiza el devenir de esta patraña en Francia de manera convincente, desvelando las actuaciones de los agentes más poderosos que articulan este mercado. El resultado es la conformación de una patraña perfecta.

En los primeros años del nuevo siglo surgen en Francia sitios web en salud dirigidos al gran público. Estos se referencian en la finalidad de democratizar la información médica, que se entiende como el requisito principal para la autonomía de los pacientes. Pero el éxito inicial de estos, que atraen a millones de visitantes, evidencia la verdadera finalidad de este proyecto, que utiliza el conocimiento adquirido por las aportaciones de los usuarios, para conformar un banco de datos útil a las empresas de este mercado, necesitadas de información para producir campañas específicas para patrocinar sus productos. Estas devienen así en anunciantes en los mismos sitios web que recopilan las informaciones proporcionadas por los pacientes-blanco. Así se conforma un rasgo específico del mercado sanitario: la coproducción perversa.

El texto de Eustache analiza el caso específico de Doctissimo, pionero de información en línea sobre salud. Valeérie Brouchoud, su presidente afirma que “Dotar al paciente de responsabilidad, considerando que un paciente informado puede mantener un diálogo más constructivo con su médico y puede seguir mejor los tratamientos, se convierte en dueño de su salud”. Esta expresión “Dueño de su salud” fue el emblema de unas jornadas en Granada de Farmacritix, en las que fui invitado. A alguno de los estudiantes organizadores, le hice saber mi discrepancia con ese título ampuloso, que representa muy bien a la izquierda de la primera reforma sanitaria en aquella época, y al neoliberalismo progresista de la presente.

El éxito de Doctissimo en los años siguientes fue manifiesto, al atraer a millones de usuarios. El perfil dominante era el de una mujer cualificada, con alto nivel de educación formal, dotada de un poder adquisitivo considerable, internauta acreditada y que vive algún problema de salud. Las mujeres desempeñan un papel crucial en la atención a la salud en los hogares. Así son la puerta de entrada al consumo médico familiar.  Este se presentó asociado al de bienestar, higiene, belleza, así como la ascendente psicología. Así se configuraron secciones activas en una pluralidad de campos, en los que comparecen las empresas con sus comunicaciones publicitarias sofisticadas.

Google desempeña un papel esencial, mediante sus algoritmos derivados de la observación de la navegación. Estas amparan las estrategias de captación y los enlaces a las web de las empresas patrocinadoras. Pero el valor que aportan las búsquedas de los usuarios es superado por la información derivada de los foros. Estos constituyen la base para el desarrollo digital del mercado de la salud. Los foros proporcionan información sobre las personas, sus perfiles sociodemográficos, los hogares, los consumos, los centros de interés, los juicios y opiniones, las patologías, los posicionamientos respecto a los problemas de salud, las marcas, los productos y los servicios. En los foros participan activamente setenta mil pacientes que aportan un material indispensable para las empresas.

De ahí resulta una base de datos  que contribuye a producir servicios personalizados de alto valor añadido. Esta fundamenta las campañas selectivas de las empresas, así como a una segmentación precisa de este mercado. Así se configura la versión médico-sanitaria del nuevo capitalismo cognitivo, fundado en el conocimiento extraído de la colaboración voluntaria y gratuita de sus propios consumidores. El nuevo poder dialógico hace hablar a los pacientes-internautas, para comprender sus posicionamientos y mentalidades, requisito esencial para colocar sus productos y servicios.

El texto concluye con una frase demoledora: “Hay tantas maneras de decir que se vende tiempo de cerebro humano disponible”. La conquista de la mente de los pacientes en una nueva versión del próspero neuro-capitalismo del presente. Este formidable despliegue del mercado sanitario, tiene como efecto la importación de parte de sus discursos y lenguajes al sistema público. Los profesionales progresistas los adoptan y elaboran versiones amables que constituyen una ensoñación que contribuye al debilitamiento de la cohesión interna del mismo. Este sí que es un requisito esencial para la instauración de la privatización asociada al nuevo estado post-bienestar.

Los discursos que circulan por los mundos sanitarios en los últimos treinta años de reforma neoliberal, son manifiestamente engañosos, en tanto que ocultan sus verdaderas finalidades. Así se conforman como patrañas de una envergadura monumental. Es curioso constatar su aceptación por los incautos profesionales. La multiplicación de patrañas tiene como resultado el descentramiento de los piadosos receptores, desbordados por el flujo ideológico oculto presente en las comunicaciones públicas. Así se hace posible el avance hacia la demolición del viejo sistema semi-universal. En este estado confusional, no se percibe la importancia de la denegación de asistencia a determinadas categorías de personas inmigrantes. Las ideologías de la excelencia omnubilan.



2 comentarios:

  1. Siempre sugerente y, por tanto, estimulante.

    ResponderEliminar
  2. Gracias libreoyente. Pero en un país como España, donde la casi totalidad de gentes se encuentran rigurosamente encuadrados y disciplinados, ser estimulante se asocia a la condición de bicho raro. Aquí impera el "nadie debe salirse del guión", al estilo de los argumentarios de los partidos. Así se construye un orden del decir manifiestamente perverso. Siempre he transgredido este orden, y el precio ha sido la soledad.

    ResponderEliminar