Presentación

PRESENTACIÓN

Tránsitos Intrusos se propone compartir una mirada que tiene la pretensión de traspasar las barreras que las instituciones, las organizaciones, los poderes y las personas constituyen para conservar su estatuto de invisibilidad, así como los sistemas conceptuales convencionales que dificultan la comprensión de la diversidad, l a complejidad y las transformaciones propias de las sociedades actuales.
En un tiempo en el que predomina la desestructuración, en el que coexisten distintos mundos sociales nacientes y declinantes, así como varios procesos de estructuración de distinto signo, este blog se entiende como un ámbito de reflexión sobre las sociedades del presente y su intersección con mi propia vida personal.
Los tránsitos entre las distintas realidades tienen la pretensión de constituir miradas intrusas que permitan el acceso a las dimensiones ocultas e invisibilizadas, para ser expuestas en el nuevo espacio desterritorializado que representa internet, definido como el sexto continente superpuesto a los convencionales.

Juan Irigoyen es hijo de Pedro y María Josefa. Ha sido activista en el movimiento estudiantil y militante político en los años de la transición, sociólogo profesional en los años ochenta y profesor de Sociología en la Universidad de Granada desde 1990.Desde el verano de 2017 se encuentra liberado del trabajo automatizado y evaluado, viviendo la vida pausadamente. Es observador permanente de los efectos del nuevo poder sobre las vidas de las personas. También es evaluador acreditado del poder en sus distintas facetas. Para facilitar estas actividades junta letras en este blog.

miércoles, 13 de abril de 2016

NUIT DEBOUT: LA REVUELTA DE LOS INQUILINOS DE LA CONCIENCIA EXILIADA

La aparición del movimiento Nuit Debout en París y su extensión a otras ciudades,  es una señal que remite a las condiciones en las que vive en estado de espera el numeroso contingente de jóvenes estudiantes candidatos a ingresar en el mercado de trabajo. En tanto que la nueva economía desregula y abarata el trabajo inmaterial, varias generaciones son severamente penalizadas y subordinadas a la lógica de un sistema sacrificial, que no necesita de todos los efectivos disponibles para la producción. La población afectada es concentrada  en un espacio de falsas prácticas, becas, semitrabajos y prolongación artificial de la formación. Así se conforma un colectivo social heterogéneo que comparte la condena, primero a la larga espera, después a la rotación por las posiciones laborales disponibles, que es regulada mediante la precarización severa.

La emergencia de esta revuelta constituye un acontecimiento que remite a la sociología del suceso de Edgar Morin. El estado de esta población ubicada en el subsuelo y marginada del mercado del trabajo, de la política y de los imaginarios mediáticos, es ocultado cuidadosamente mediante la construcción de una gran mentira en los procesos de construcción de la opinión pública. Su domesticación incompleta determina la emergencia de señales débiles que se producen cíclicamente, que  emergen como acontecimientos críticos. Este es uno de los mismos, que se inscribe en el ciclo de movilizaciones en las plazas.

Esta población es gobernada mediante la movilidad permanente. Los estudiantes de todos los ciclos universitarios rotan en las mismas universidades de origen entre clases y actividades que albergan a distintos grupos de estudiantes que se congregan en un aula a una hora para disiparse en tránsito hasta la siguiente. Cada cual tiene una trayectoria individualizada en la que se cruza con sus iguales en los movimientos cotidianos. En estas condiciones de hipermovilidad no existen los grupos. Cada uno es un navegante en un espacio cronometrado y segmentado. La proliferación de los programas de movilidad sanciona la dispersión de este colectivo en movimiento perpetuo.

De esta situación resulta una masa dispersa que se asemeja a la metáfora de “la nube de mosquitos”. En estas condiciones, las tensiones que se puedan producir no explotan en un conflicto abierto. En ausencia de este, la tensión se acumula generando un malestar difuso que es vivido individualmente por los estudiantes en tránsito permanente entre grupos de asignaturas, prácticas, actividades complementarias de libre configuración y universidades. La masa de estudiantes es privada de un locus, de un espacio en el que pueda tener lugar un conflicto.

Cuando este se produce explota en el exterior, en la calle, donde la concentración de los cuerpos genera la experiencia de la similitud. En el interior de la manifestación quedan abolidas las jerarquías y las distancias, haciendo iguales a los participantes. Así, la protesta conquista un espacio provisional en el que convergen las moléculas individuales desprovistas de la programación y  víctimas de su extraño estatuto de sujeción  mediante la movilidad permanente. La Nuit Debout reconquista el espacio de las plazas adquiriendo el estatuto de visibilidad para las cámaras y los dispositivos mediáticos.

Los participantes convierten la movilización en un experimento colectivo, en el que las relaciones interpersonales, la comunicación horizontal y la suspensión del implacable tiempo programado, posibilitan la vivencia común de su constitución en un colectivo múltiple gobernado por la conexión de las inteligencias y las sensibilidades. Esta vivencia es la recuperación de su dimensión política y social, en un tiempo inédito en el que es posible crear significaciones, prácticas y relaciones. Así se activa un sentimiento de recuperación de la autoestima y la posibilidad de intervenir en la conducción de la vida personal y la configuración de su entorno.

Me gusta denominar a estas poblaciones como la generación Tiqqun. Este grupo sintetiza la filosofía subyacente de los encerrados en la circulación permanente en un sistema de cajas-aula o contenedores, donde son sometidos a actividades de temporalidad lenta, que concluye en un proceso de inserción laboral dilatado. Desde hace varios años me fascinan los textos de Tiqqun, que representan la visión del mundo de los desechados y almacenados en espera, con los cuales convivo. Así se configuran como los intérpretes de la época. La conexión entre la escritura de Tiqqun y la sensibilidad de los concentrados en las aulas administrados por el tiempo pausado de la espera es notoria.

En el libro de “Teoría del Bloom” definen lúcidamente su situación “La confusión reinante es el despliegue planetario de todas esas falsas antinomias; sin embargo, a partir de ellas sale a la luz nuestra verdad central: que somos inquilinos de una existencia exiliada en un mundo que es un desierto; que hemos sido arrojados a este mundo, sin misión alguna que cumplir, sin lugar asignado ni filiación reconocible, abandonados. Que somos tan poco y, a la vez, ya estamos de más…..No existe el problema social del desempleo, sino solo el hecho metafísico de nuestra desocupación. No existe el problema social de la inmigración, sino solo el hecho metafísico de nuestra extranjería. No existe la cuestión social de la precariedad o de la marginación, sino esta realidad existencial inexorable: que estamos completamente solos, solos para diñarla ante la muerte…” (pags 14-15).

Los inquilinos de una existencia exiliada en el mundo desierto ocupan las plazas para reclamar la mejora de sus contratos o las medidas que alivien su larga espera. Pero, la verdad es que su situación se define por su condición de superfluos. No son necesarios para el nuevo ciclo de las actividades productivas de la nueva economía o el complejo del crecimiento. Tan sólo son imprescindibles como consumidores. Así se construye una población definida por su trayectoria. Ciclos educativos sin fin  que concluyen en simulaciones múltiples de formación, experiencias laborales que cierran el círculo remitiendo a los viajeros a su origen para iniciar un nuevo periplo  con las alforjas abarrotadas de credenciales.

Por eso el espectro de Tiqqun se hace presente en las plazas. Los concentrados carecen de representación política, en tanto que no tienen una misión ni lugar definido. Lo que verdaderamente representan es la evidencia de que el proyecto social dominante en este tiempo tiene carencias esenciales. Sobre este agujero negro se asienta esta población invisible, desplazada y en espera. Son los sacrificados de un orden social que reduce a las personas a la condición de dígitos.

Volviendo de nuevo a Teoría del Bloom, se expresa certeramente esta extraña condición: “En otras palabras, cuando Valéry escribe: ´experimentaba con un amargo y extraño placer la simplicidad de nuestra condición estadísticas. La cantidad de los individuos absorbía toda mi singularidad y me volvía indistinto e indescernible´, no añade un objeto suplementario a la venerable contemplación de la Estética: expresa políticamente lo que significa ser un cuerpo más en el conglomerado de una población dirigida por el Biopoder” (Pag 41).

Para los participantes en Nuit Debout: Buenas noches y muchos besos.

12 comentarios:

AAA dijo...

Quiero ver a la Nuit Debout como una herencia del '68. Antes, las periferias físicas llevaron a la toma del centro de la ciudad. Hoy, también estas, pero sobre todo las periferias vitales conducen a la toma del espacio material, y de la propia experiencia. La nueva periferia es el Bloom. Mi duda es, cuando este experimento colectivo se vuelve mediático, ¿hasta que punto es fagocitado por la Publicidad tiqquniana, en mis palabras, el Monstruo de la Actualidad? Mi respuesta, obviamente provisional como todo lo demás, es que esa absorción es completa. Salvando las distancias, la experiencia del 15M viajó de lo sublime a lo deleznable, y en mi opinión esa travesía estuvo impulsada por la imagen desvirtuada que promovieron medios y representantes políticos de lo más variado. Gente que estuvo en la plaza, que vivía y creaba allí, acabó creyéndose la versión mediatizada y abandonando la real. Consumidores de su producto ya contaminado por otras manos. Alienación 2.0.
Este drama acontece en todas las grande acciones colectivas de la época, aunque espero que en la Nuit Debout no tenga el mismo efecto, y por ahora sigue firme, pese a las primeras tensiones amplificadas por el Monstruo. En el estado español ha tenido lugar un conato de acción, que se ha quedado en una (bastante superflua) muestra de solidaridad, lejos de una auténtica réplica, que perfectamente podría tener lugar aquí.
Este comentario no es (solo) una declaración contra algo que me supera a mí, y a la propia soiedad, como son los medios, pero sí una llamada a los movimientos sociales a repensarse. Hay que cambiar el repertorio, hay que intentar domar a la bestia. Qué coño, hay que crear una nueva. Más grande.

Unknown dijo...

Gracias por tu sólido comentario. Comparto tu definición. Cualquier réplica es devorada por los media que la ubican en su propia realidad que es externa a lo social. Así es transformada en un simulacro que alimenta el sistema político. Este se alimenta de relatos basados en ficciones cuyos orígenes son las mismas movilizaciones promovidas por movimientos sociales vivos.
El caso de Nuit Debout puede pronosticarse en estos términos. En el post he tratado de definir la condición de los estudiantes, que en este momento es extraordinariamente dura. Antes solo eran espectadores de las clases y ahora protagonistas de las "prácticas" sin otro sentido que su propia domesticación. El 68 me parece desmesurado para las condiciones actuales.
Saludos cordiales

Lirón Careto dijo...

Mi experiencia del 15M (II):

Recuerdo que mi compañero de piso en Madrid, que era Sociólogo y Antropólogo, me decía que el 15M era nuestro particular Mayo 68. Y yo no estaba de acuerdo, el análisis que haces Juan es muy certero. Más bien considero que un grupo, por un lado, participaba de la necesidad de articular un movimiento social que transcendiera la «micropolítica», por otro lado, había una población, entre la que me incluyo, que participábamos de un fenómeno experencial que había sido amplificado por los medios de comunicación.
En relación con la distorsión del fenómeno que realizaron los medios de comunicación, recuerdo que durante los primeros meses del 15M en Madrid estábamos todo el día escuchando la Ser. Los tertulianos de Angel Barceló comenzaron dinamitando y deleznando todo el proceso. La misma Angel Barcelo había estado en la plaza tahrir y bueno lo nuestro era un juego de adolescentes: “nosotros ya eramos una democracia”. Recuerdo a un tertuliano decir “pero hombre ahora que van a saber de todo, de educación, de economía, etc.” Y aquí llego a lo que para mi es lo más importante del fenómeno… Los profanos estábamos contradiciendo el poder experto.
Yo finalmente también deje de participar en la asamblea de mi barrio después de 6 meses. Por ese tiempo ya se estaba fraguando, entre gentes del movimiento, la posibilidad de articular una formación política. Todavía no había aparecido Podemos, pero finalmente todos los que estaban de acuerdo con esa idea confluyeron con Podemos. Me parece interesante analizar el fenómeno de Podemos en relación con la desmovilización de los movimientos sociales, es decir, que efecto está teniendo el Partido, como forma política, sobre otras formas de participación. Pero Juan, como buen alumno, te dejo a ti la responsabilidad de hacer un post en el blog como respuesta a la pregunta que te hago. En mi opinión, la historia hay que conocerla para no repetirla. El movimiento autónomo italiano emergió en confluencia con los movimientos libertarios después de las purgas del Partido Comunista. Todavía nos queda mucho por ver, no se ha acabado la historia.

Lirón Careto dijo...

Mi experiencia del 15M (I)

Bien, pues regresé a Sevilla y el movimiento seguía. Acudí a una asamblea multitudinaria en el centro de la ciudad. Los que llevaban la asamblea hacían verdaderos esfuerzos para hacerla operativa, pero aquello algunas veces parecía una película de Berlanga y otras una de Buñuel. Recuerdo hablar con un amigo de los movimientos sociales sevillanos y coincidir que no teníamos experiencia, que no nos habían educado para tomar decisiones, que habíamos participado en asambleas de 30 personas y que lo que estábamos viviendo era algo que nunca habíamos experimentado. En relación con el funcionamiento de las asambleas, Jose Luis Moreno Pestaña, que también participó, hace un análisis muy interesante en su blog, no recuerdo la entrada, pero lo recomiendo. En fin, volví a casa de mis padres con la intención de hacer la tesis doctoral sin beca. Pero seguía diciéndome que tenía que implicarme. Entonces también participé en la asamblea del barrio donde vivía. Conocía a parte de la asamblea que era un grupo intergeneracional procedente de los movimientos vecinales, los más mayores, y de los movimientos sociales, los más jóvenes. En la asamblea había buenas ideas y buenos proyectos, pero otra vez se volvían inoperantes. Se formaban comisiones de trabajo, después las comisiones de trabajo tenían que informar de su trabajo en la asamblea (lo que las consumía), se debatían cosas que ya se habían debatido, etc… No voy a seguir más por aquí, soy asambleario y no estoy haciendo una crítica de la misma. Como me dijo una metodóloga de Investigación-Acción-Participación “las asambleas son para tomar decisiones”, es decir, muchas veces le pedimos más de lo que nos puede dar. Y tienen sus limitaciones, porque se da el caso de votos subrrogados por una corriente ideológica o grupo de poder que votan con disciplina.

Lirón Careto dijo...

Mi experiencia del 15M (he tenido que trocear el texto. Esta es la primera parte, después viene I y después II. Por si el sistema los pega al revés):

Vivía en Madrid cuando un grupo de gente recibió una paliza, por parte de la policía, cuando decidieron quedarse toda la noche en la plaza «Sol de Madrid» como protesta por unas cargas policiales que había habido en una manifestación de aquella tarde, que curiosamente no recuerdo porque se convocaba. La noticia corrió como la pólvora. Yo estaba en la Facultad, en el campus de Somosaguas, y amigos me informaron de que iba a haber una concentración de repulsa por los acontecimientos. Acudí a dicha concentración que consistió en una asamblea donde como medida se decidió acampar en la plaza. Vi llegar los primeros sofás, los primeros toldos, en los días sucesivos todo sucedió como una descarga de internet.
El movimiento comenzó a articularse y la organización fue ejemplar. Recuerdo volver a los pocos días y aquello parecía ya una Rave (fiesta techno que acontece en lugares de nadie); todavía no se había convertido en el «asentamiento» que todos veríamos en los medios de comunicación. En aquel día tuve la necesidad de hacer algo y lo único que llegué a hacer fue ayudar a una gente a coger agua de una fuente y rellenar botellas a partir de garrafas. La siguiente vez que fui la organización era tal que ya tenías que formar parte de alguna comisión para poder participar más allá de cómo simple espectador o participar como orador en la multitud de foros que se iban creando. Yo me encontraba atrapado por la lógica meritocrática de querer conseguir una beca predoctoral. Había estado antes en política y sabía que si pasaba el umbral de espectador aquello me iba a sobrepasar. No lo hice, pero mantuve el interés por asistir a las asambleas. Primero a las de sol, donde observaba como diferentes personas pasaban por el micrófono en lo que se había convertido en una especie de retransmisión simbólica porque allí nada se decidía. Recuerdo hablar con el amigo de un amigo que estaba implicado en la cocina y me dijo que por lo general uno podía participar en casi todas las comisiones, pero que la de “comunicación” era la más cerrada posiblemente para evitar topos, como aconteció en el 15M de Sevilla. Y que sirvió a la policía, no para controlar, sino para fichar a los activistas del movimiento ocupa que se había vuelto muy peligroso después de la demostración de fuerzas tras el desalojo de «Casas Viejas CSOA»... Así que con la articulación del movimiento a los barrios de Madrid, decidí ir a participar en la asamblea de Lavapiés. Fui tres veces, y en las tres asambleas nos las pasamos discutiendo si la acampada de Sol debía seguir o no debía seguir (en vez de habernos focalizado hacia el barrio y nuestras necesidades: como intrusos de dicho barrio nuestra filiación no era más que la de consumidores alternativos).

Lirón Careto dijo...

Reflexionando he llegado a la idea siguiente: Podemos no ha desmovilizado a los movimientos sociales. De hecho, puede que estos hayan ganado en intensidad. Lo que ha contribuido es a tranquilizar las conciencias de los espectadores del 15M.

Unknown dijo...

Gracias por tus comentarios Lirón Careto. No comparto tu afirmación acerca de la intensificación de los movimientos sociales. Pienso que estos han decrecido por el estado de expectación creado precisamente por el ascenso de Podemos. Crece la confianza de que un gobierno de izquierda resuelva los problemas principales. No solo no comparto esta idea sino que me parece nefasta la desactivación de la acción colectiva. Esta es reemplazada por la mediatización del espectáculo en las instituciones políticas. Eso no conduce a cambiar la situación para los perjudicados por los efectos de la crisis y la infrarepresentación política.

Lirón Careto dijo...

Estoy contigo. Mi último comentario ha sido retórico. Lo que quería decir es que no hay expectación por lo que pasa en Francia porque Podemos ha capitalizado las experenzas del posible cambio. Un ejemplo, mi hermano y yo, no tenemos televisión, y empezamos a escuchar la radio, los noticieros, después del 20D. Y llevamos tres años viviendo en los alrededores de Ubrique.

Lirón Careto dijo...

https://www.diagonalperiodico.net/la-plaza/30019-15m-y-la-revolucion-intuida.html

Las mujeres dando ejemplo. Recuerdo en la plaza de Sol durante aquellos días de Mayo que las mujeres del Espacio Karacola trabajaron en una pancarta vertical de unos 30 metros donde se podía leer: "La revolución será feminista o no será". Las reacciones del público de la plaza estuvieron divididas porque una parte pensó que se estaban apropiando de la protesta. Tristemente, desde unos metros más abajo desde donde se desplegaba, un chico rapado y musculoso (mach-core) la partió por la mitad y la plaza, en mayoría sonora, aplaudió.

Ahí siguen ellas, mientras nosotros nos masturbamos frente a la pantalla.

Unknown dijo...

La plaza fue en los primeros días un sistema social múltiple y heterogéneo, en el que coexistían todos los proyectos, tal y como tiene que ser una sociedad de futuro. Después, los grupos organizados fueron desplazando la espontaneidad. Esto marcó el declive del movimiento. Los feminismos críticos se hicieron presentes y compatibles con los demás proyectos, con las tensiones ineludibles que acompañan a cualquier experimento democrático en una sociedad heterogénea.

Lirón Careto dijo...

Al hilo de este post,se ha hablado de las similitudes y diferencias de los acontecimientos en España (15M) y ahora en Francia. He pensado que a alguien le puede interesar la siguiente lectura:
http://acuarelalibros.blogspot.com.es/2008/04/mayo-del-68-y-sus-vidas-posteriores.html?m=1

Me gustó mucho este libro y su perspectiva histórica del fenómeno y sus protagonistas nos puede enseñar mucho sobre los acontecimientos presentes.

Lirón Careto dijo...

Otro texto interesante de JL Moreno Pestaña que cité en mis intervenciones anteriores:

https://www.diagonalperiodico.net/la-plaza/30318-cinco-anos-15m-esperanza-y-tarea.html